Más allá del respeto al medio ambiente
Ana Hernández Buendía, directora de Sostenibilidad y Medio Ambiente de Grupo Hortofrutícola Paloma.
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El mayor reto que se plantea actualmente el sector agroalimentario es, sin duda, conseguir la sostenibilidad medioambiental. Esta no se puede basar solo en la conservación del entorno, sino también en una sostenibilidad social y, por supuesto, económica, que nos permita seguir produciendo alimentos de calidad.
Por nuestra parte, el Grupo Hortofrutícola Paloma está comprometido con el medio ambiente, la sostenibilidad y el desarrollo del entorno, apostando por una agricultura eficiente e implementando nuevas herramientas para alcanzar estos objetivos. Desde nuestros inicios, hemos llevado a cabo progresivamente actuaciones en busca de una agricultura sostenible global y, a día de hoy, continuamos firmes en este gran compromiso, promoviendo su desarrollo a nivel de empresa, trabajadores y proveedores.
Nuestro principal objetivo es mantener la sostenibilidad ambiental, reducir el uso de agua y el consumo energético y, por ello, adecuamos constantemente el manejo de nuestros cultivos. De hecho, contamos con un plan de optimización del uso del agua y realizamos prácticas de agricultura sostenible.
En el Plan de Sostenibilidad desarrollado por nuestra empresa tenemos fijadas las metas para los próximos años. Hemos implantado los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), detallando las actuaciones que estamos ya llevando a cabo, así como las futuras.
«Queremos conseguir una Economía Circular gracias al equilibrio entre producción y consumo de insumos»
Para conseguir nuestro objetivo principal de reducción del consumo de agua implementamos el sistema de riego por goteo en el 100% de nuestros cultivos desde hace más de 25 años y cabe destacar que nuestra principal fuente de agua proviene de desaladoras. Para optimizar el consumo, el 90% de nuestros cultivos de tomate se encuentran bajo un sistema de hidroponía controlado por un sistema de riego programado por bandeja de demanda. En los cultivos de suelo, tenemos programadores de alta tecnología, que cuentan con sondas de humedad y de conductividad eléctrica.
Otra actuación pionera que comenzamos en 2015 es la certificación en Huella de Carbono e Hídrica en todos nuestros cultivos. Gracias a esto, analizamos todo el ciclo productivo y podemos fijarnos objetivos de mejora.
Para la reducción del uso de fitosanitarios, tenemos implantado el control biotecnológico en el 100% nuestros cultivos, así como el control biológico en tomate desde el semillero.
Para la conservación de la biodiversidad, desarrollamos Planes de Actuación de la Conservación en nuestras fincas. Y, por último, para conseguir una reducción de las emisiones de CO2, hemos instalado durante el último año 1.500 kW de placas fotovoltaicas, tanto en nuestras centrales hortofrutícolas como en distintos cabezales de riego. Con esta actuación, hemos reducido un 40% el consumo energético. Además, la mitad de estas placas fotovoltaicas están instaladas en embalses, consiguiendo así una reducción de la evaporación del agua y, por tanto, un ahorro hídrico.
El sector agroalimentario es muy consciente de la importancia de la sostenibilidad y, de hecho, lleva muchos años trabajando e implantando actuaciones como las realizadas en nuestra empresa. En este sentido, considero que las empresas van un paso por delante de la legislación medioambiental actual. Sin embargo, para poder realizar un cambio sustancial en el modelo de negocio, es necesario un impulso económico, en el que deberían de regularse nuevas ayudas que permitan a todos los agricultores y empresas poder invertir en innovaciones que faciliten al sector conseguir los objetivos de desarrollo sostenible y, a la vez, ser rentables económicamente.
Queremos ir más allá y lograr una Economía Circular, encontrando un equilibrio entre la producción y el consumo de insumos. Para ello, invertimos en nuevas tecnologías que nos permitan “cerrar el ciclo”.