Origen del proyecto
En los últimos años, Marco Rivoira, gerente del Grupo Rivoira, ha tratado de encontrar nuevas variedades de kiwi amarillo, ya que las tendencias y el crecimiento de esta tipología predicen que podría competir directamente con el verde en pocos años. Junto a la obtentora NKP, han estado investigando desde 2008 en una plantación de 16.000 brotes cultivados por la Universidad de Údine (Italia). Sin embargo, Rivoira no tuvo mucho éxito al inicio, las variedades de kiwi amarillo son más sensibles que el verde, además había que tener en cuenta el tema de la bacteriosis (PSA) y la moria o muerte del kiwi, los dos mayores problemas a los que se enfrentan actualmente los productores en Europa y en todo el mundo.
Tras 7 años de pruebas con las variedades NKP, se seleccionaron dos que demostraron una fuerte resistencia a la bacteriosis. Así, la casa obtentora concedió al Grupo Rivoira una licencia comercial a nivel mundial para dos variedades de kiwi amarillo dulce propiedad de la Universidad de Údine (Italia). Son dos variedades, una más temprana y otra más tardía, lo que les permite comercializar 8 meses al año la fruta del hemisferio norte, que junto a la producción que esperan tener en el hemisferio sur, pretenden cerrar un círculo de 12 meses al año.
“Vamos a ser prácticamente el único proyecto que esté suministrando los 365 días del año”, explica el gerente de la compañía, quien añade que se trata de un proyecto multivarietal.
Las dos variedades tienen características diferentes: la 022 se cosecha a mediados de octubre y destaca su larga duración, mientras que la 076 se recolecta ya a mediados o finales de septiembre y tiene características más notables en cuanto a dulzor y materia seca. “Me enamoré del proyecto porque solucionaba una parte importante del tema agronómico, y no solamente con una variedad, sino con dos”, expresa Rivoira.
A nivel de producción, “los productores van a estar muy contentos con estas variedades porque no muestran apenas sensibilidad a la bacteria, manteniéndose en el árbol”, explica Rivoira, ya que uno de los problemas que tiene el kiwi amarillo es que cuando llega a la maduración, mucha fruta se cae al suelo y hay que cosecharlas muy rápido. Además, el calibre de estas variedades es muy ‘generoso’. Lo cual se traduce en una alta productividad por hectárea.
Marca
Angelo Ferrara, responsable de la agencia ROBILANT, en su presentación en Fruit Attraction, definió la nueva marca como “atrevida, pero, sin duda, fácil de recordar por el consumidor”. Rivoira ha apostado por una agencia de marketing líder para llegar a un público joven que descubra el producto. “Nosotros estamos muy contentos con todo el trabajo que hemos hecho con la agencia, fue maravilloso”, explicaba Rivoira, quien cree que han logrado crear una marca muy entretenida, distinta, mucho más juvenil y muy atractiva para la gente joven.
Comercialización
“Este año vamos a tener una producción pequeña porque los árboles son pequeños”, afirma, pero para la ventana de marzo a abril, se realizará la primera comercialización de Kikoka en España, Italia y Alemania. Los volúmenes irán creciendo exponencialmente, con 140 hectáreas plantadas en 2022 y 220 hectáreas en 2023, a las que se suman otras 200 hectáreas previstas para 2024. En Europa se han concedido licencias para 1.500 hectáreas a 12 empresas.
La distribución está muy atenta y con mucho interés en este nuevo kiwi, “las cadenas quieren tener alternativas y con nuestro proyecto multivarietal podemos suministrar producto durante más tiempo”, concluye Marco Rivoira.