Los trece puntos clave para cambiar la PAC, según COAG
El debate sobre la PAC después de 2020 ha comenzado. El Presidente de la Comisión europea Jean-Claude Junker ha reconocido la importancia de disponer de una política agrícola europea.
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La Política Agrícola Común fue diseñado en la época de los años 60 para garantizar la seguridad alimentaria de las poblaciones europeas proporcionando a los agricultores precios e ingresos decentes, sin dejar de mantener precios razonables para los consumidores, a través de mecanismos de intervención en los mercados de productos agrícolas.
A lo largo de sucesivas reformas, la PAC ha abandonado su función de alimentación para adaptarse a -y promover- la globalización económica.
Hoy en día ella se reduce a una distribución desigual de las subvenciones que están vinculadas a la superficie para compensar unos precios desconectados de los costes de producción. Muchas granjas han desaparecido. Las medidas medioambientales no logran reducir el uso de pesticidas y la biodiversidad se está deteriorando. Mientras tanto, los alimentos industriales progresan junto con el repertorio de problemas de salud que provocan. Al consumidor, a menudo, se le priva la libertad de elegir su alimentación, y hoy en día en Europa, millones de personas se encuentran sin acceso a alimentos sanos y suficientes.
Según Coag, se necesita otra PAC, basada en los derechos humanos y que haga frente a las necesidades actuales de las personas, así como para las próximas generaciones.
– El objetivo principal de la PAC es de garantizar la seguridad y la soberanía alimentaria de los pueblos europeos, al desarrollar la soberanía alimentaria en todo el territorio.
– Numerosos-as campesinos-as presentes en todos los territorios europeos asegurarán la producción de alimentos en cantidad y calidad.
– Todos los productores deben y tienen la oportunidad de participar en el proceso hacia una producción más sana y respetuosa del medio ambiente y el apoyo público debería permitir esta transición para todos.
– Para garantizar una gestión sostenible de su oficio, los-as productores-as tienen derecho a un ingreso decente, basado principalmente en precios justos (que permita vivir sin asistencia a una mayoría de explotaciones, a parte de las necesidades en materia de inversión exterior y de transición).
– Los instrumentos de regulación pública del mercado y producción, como las cuotas u otros, deben ser utilizados de manera pragmática para ajustar la oferta y la demanda.
– Los tratados de supuesto «libre comercio» ya firmados deben ser revisados. Se deben suspender los tratados de libre comercio en proceso de ratificación y negociación.
– Promover el desarrollo de mercados locales y regionales fuertes, abiertos a todos los productores, así como la adopción de normas adaptadas para pequeños volúmenes y poco personal. Promover el abastecimiento local de los comedores públicos y cantinas colectivas.
– Herramientas de seguros mutuos para todos los productores. Estos deben ser capaces de cubrir los riesgos relacionados al clima o sanitarios.
– El apoyo público debe ser dedicado a bienes públicos: el empleo, el mantenimiento de la agricultura familiar y en las zonas desfavorecidas, la instalación de nuevos agricultores, una alimentación de calidad, la protección de la biodiversidad, el agua, el clima.
– La UE debe desarrollar una política activa de instalación de agricultores-as y ganaderos-as y criadores-as para la renovación generacional y la vitalidad de las zonas rurales.
– El apoyo público está condicionado al respeto de los derechos humanos, el medio ambiente, el bienestar de los animales. La condicionalidad social de las ayudas debe basarse en el respeto de los derechos laborales y sociales de los trabajadores rurales asalariados, ingresos dignos y la no-discriminación de los trabajadores migratorios temporales y sus familias. No hay apoyo para la agricultura industrial.
– Incrementar el rol de los ciudadanos en las políticas agrícolas y alimentarias, a nivel local (como consejos locales de alimentos), nacional y europeo.
– La innovación debe ser entendida y dirigida en cuanto un proceso clave para el mantenimiento de la pequeña agricultura y la agricultura familiar, y para construir un modelo de producción agrícola y alimentaria, socialmente justo, sostenible y sano. Por lo tanto, los fondos de investigación deben orientarse hacia estos modelos de innovación para la agricultura familiar y de pequeña escala.
Fuente: www.coag.chil.me