Explicó que la atomización del sector (con alrededor de 2.000 agricultores que siembran melón) y la posición dominante de la gran distribuición también son factores que influyen negativamente a la hora de establecer los precios de esta fruta. Jiménez hizo hincapié en que Castilla-La Mancha cuenta con las ventajas de la «calidad» y una «estacionalidad» que provoca que, a día de hoy, «no hay más verde en Europa que el de La Mancha». Unas ventajas, remarcó el presidente de la Interprofesional, que «no logramos aprovechar» y que tiene difícil solución hasta que no se apruebe una extensión de norma de calidad como tienen otros sectores como el vino y el aceite. En la reunión celebrada en Tomelloso, el melón fue la cara y la cruz la encontramos en la sandía, cuyos precios caen respecto a la semana pasada y apenas llegan para cubrir los costes de producción.
La negra sin pepitas de primera categoría bajó dos céntimos (1’5-17) y la negra sin pepitas de segunda, uno (11-13) respecto a la semana anterior. Las sandías blancas ralladas obtuvieron unas cotizaciones idéntica a las de hace siete días, de 20-22 céntimos el kilo para las de primera categoría y de 13-15 céntimos para las de segunda.