En la declaración final, los ministros de los siete países latinoamericanos productores y exportadores de banano y otras musáceas, acordaron:
- En el marco del concepto de responsabilidad compartida, que el monto de compensación se establezca como referencia de acuerdo a los parámetros ya utilizados por la única certificación que reconoce los impactos exógenos y esfuerzos en sostenibilidad de la cadena de producción y exportación, poniendo como base el precio mínimo de referencia por país y por producto certificado “Fair Trade”, que analiza las particularidades de cada país, y un premio de un dólar por caja adicional.
- Exhortar, en el marco de la cooperación regional en la lucha contra el Fusarium R4T, a las organizaciones internacionales europeas a que se comprometen como países a formar una alianza para la gestión de recursos internacionales para combatir el Foc R4T con medidas de investigación fitosanitarias, capacitación y difusión. Además, que entiendan el impacto social, ambiental y económico que sufrirían los países al no protegerse de este hongo.
- Realizar una visita oficial de manera presencial y/o virtual conjunta a la feria Fruit Logistica en Berlín, en abril de este año, y a una agenda en Bruselas para impulsar los objetivos regionales.
Para el ministro de Agricultura y Ganadería de Ecuador, Pedro Álava, es necesario “constituir un robusto frente común ante importadores, supermercados y navieras, exigiendo que asuman las alzas de precios en este momento, solo así se entendería la verdadera vigencia de la Responsabilidad Social Compartida, como obligación moral de todos los segmentos y no que la carga se transfiere únicamente a productores y exportadores”.
“Nuestros países necesitan reactivarse para evitar consecuencias sociales que implicarán retrocesos al desarrollo justo de los pueblos”, dijo Álava.
El ministro de Agricultura y Desarrollo Rural de Colombia, Rodolfo Zea, destacó la necesidad de crear un bloque conjunto para dialogar con los países compradores de musáceas, especialmente con la Unión Europea, y puso a disposición de los países las acciones efectuadas en su país para contener el Foc R4T y los procesos de investigación para tener variedades resistentes.
Renato Alvarado, ministro de Agricultura y Ganadería de Costa Rica, sugirió dialogar con las navieras, y trabajar sobre el comercio justo en toda la cadena de distribución. “Los productores llevamos sobre los hombros costos de producción y las ganancias quedan en manos de otros”, dijo.
José Ángel López Camposeco, ministro de Agricultura, Ganadería y Alimentación de Guatemala, apoyó la creación de una mesa de trabajo para tomar acciones e iniciar procesos de búsqueda de alternativas en todos los eslabones de la cadena. “Si las acciones no son sostenibles se pone en riesgo la producción de banano y la seguridad alimentaria”.
Mauricio Guevara, secretario de Estado en los Despachos de Agricultura y Ganadería de Honduras, se refirió al aumento del costo de los fertilizantes que no están haciendo sostenible la producción, además de los efectos que causa en los productores, mientras que José de la Lastra, director Nacional del Banano de Panamá, ofreció todo el apoyo a esta iniciativa de crear una acción conjunta. En tanto, Dario Vargas, viceministro de Extensión y Capacitación del Ministerio de Agricultura de República Dominicana, puso a disposición de los países latinoamericanos variedades de musáceas resistentes al cambio climático, sequías, huracanes.
Los ministros asistentes saludaron la iniciativa del ministro de Agricultura y Ganadería de Ecuador, Pedro Álava, y ofrecieron su apoyo dado que la producción de musáceas es de importancia económica y social para los países latinoamericanos.
En el marco de la Cumbre Latinoamericana por la Unidad del Banano, el Ministerio de Agricultura y Ganadería de Ecuador invitó a participar en calidad de observadores a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Cooperación Técnica Alemana–Ecuador (GIZ), quienes brindan asistencia técnica para el fortalecimiento y el desarrollo sostenible de la cadena de valor de musáceas.