El presidente de la Asociación de Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas de Andalucía (Aproa), Manuel Galdeano, sostiene que los cultivos de invernadero son «sostenibles y pioneros en innovación, capaces de producir una gran cantidad de alimentos saludables, frescos y de calidad para toda Europa. Gracias a ellos se puede producir más con menos. Ahorran agua, usan la lucha biológica y ayudan a reducir el cambio climático”.
CuTE es un consorcio formado por una asociación de la UE (FruitVegetablesEUROPE) y 5 asociaciones nacionales de frutas y hortalizas (AOPn Tomate & Concombre de France, AOPn Fraises de France, APROA, KZGPOiW, INCOFRUIT HELLAS) .
En su periplo, el invernadero móvil ha hecho escala en Colonia, donde sus habitantes han podido conocer de cerca las bondades, tanto para la salud como para el medio ambiente, de los cultivos bajo invernadero además de tener la oportunidad de participar en actividades formativas.
Dentro de las prioridades de la Unión Europea está la lucha activa contra el cambio climático y el efecto invernadero, y uno de los principales objetivos de los productores europeos de frutas y hortalizas de invernadero europeos es informar al consumidor que este modelo, lejos de acelerar el calentamiento de la tierra, reduce el calentamiento en las zonas donde está implantado es el sistema más eficiente que existe de producción con efectos beneficiosos para el medio ambiente.
ESTUDIO DE IMAGEN
El pasado marzo APROA hizo un estudio de imagen del sector en España y Alemania para conocer mejor la percepción de estos mercados. Según los resultados, la mayoría de los consumidores encuestados conocen poco o muy poco este modelo de producción, teniendo una errónea visión del mismo.
Por ello la intención de esta campaña es «lograr un cambio en la percepción y conocimiento sobre los métodos de producción de la UE y las características específicas del producto», según explicaron desde el Consorcio CuTE.
Las principales características del método de producción en invernadero son la reducción del impacto sobre el territorio, junto a estudios científicos que han demostrado que los invernaderos tienen un efecto beneficioso para el medio ambiente, con la reducción de la temperatura media anual de -0,25ºC en algunas zonas productoras del sur de España, aumentado el coeficiente de reflexión para la radiación solar, llamado albedo.
Asimismo, el estudio apunta que se ha mitigado el incremento del CO2 gracias a la acumulación de carbono por parte de las plantas, que esta actividad agraria permite frenar la desertización haciendo que un suelo improductivo sea fértil, que los cultivos de invernadero permiten asegurar a la población europea productos beneficiosos para la salud, a precios razonables durante casi todo el año, y que este modelo frena la despoblación, siendo un gran generador de mano de obra.
Igualmente, apunta que es el sistema más eficiente de producción que existe, ya que la captación de acuíferos, plantas desaladoras, el sistema de arenado y el riego por goteo con sensores que miden la necesidad de las plantas han permitido que la huella hídrica en estas zonas sea 20 veces inferior que en el mundo.
A su vez, los invernaderos respetan las exigentes normativas de la UE para la total tranquilidad de los consumidores y los agricultores de invernadero cumplen con sistemas de certificación o normas de buenas prácticas, las áreas de invernadero son un referente mundial en el control biológico de plagas y concentran la mayor parte de explotaciones libres de fitosanitarios, así como un ejemplo de integración e incorporación de mujeres, jóvenes e inmigrantes al mercado laboral.