Una de las consecuencias del intenso temporal de lluvias de días pasados ha sido la caída de la oferta de muchas hortalizas, lo que ha motivado una lógica subida de precios.
Por un lado están las pérdidas directas de producción que se ha estropeado por el agua y por otro la dificultad de recolectar campos todavía encharcados o embarrados, lo que ha reducido la capacidad de suministro a los mercados.
A todo ello se suma, con las inundaciones de plantaciones, que muchos cultivos bajos, como por ejemplo coles, lechugas, acelgas, escarolas…, han quedado con los productos parcialmente sucios de tierra, lo que obliga a incrementar las labores y los costes de manipulación, porque antes de salir la mercancía, si aún está aprovechable, ha de ser cuidadosamente lavada en los almacenes.
Unas leves salpicaduras de barro pueden ser consideradas por muchos consumidores como algo de lo más lógico y natural, incluso una prueba de autenticidad y frescura, pero a la hora de la verdad, en tiendas y supermercados exigen limpieza quirúrgica.
Fuente: www.lasprovincias.es