Los consumidores priorizan la prudencia en sus gastos de alimentación
Los consumidores consideran que no es momento de experimentos con las marcas, lo que abre un periodo difícil para la innovación.
Casi la mitad de los entrevistados piensa que hay que reducir los niveles de consumo, reacción típica de una crisis inflacionaria. La tendencia de estos datos indica el clima de contracción, similar al de 2012. El último informe Perspectivas del Consumidor de Kantar deja claro que los consumidores se decantan por la prudencia en sus gastos, especialmente en la alimentación. Se mantiene también la preferencia mayoritaria por las marcas de distribución, un indicador que se sitúa en los niveles de 2009/2014 y que muestra un panorama muy negativo para las marcas nuevas.
Al respecto, Teresa de Ledesma, responsable del estudio, comenta: «Ante esta situación, las marcas deberían retomar los mensajes de comprensión hacia la situación que viven los consumidores, “compartir” sus costes con diferentes ofertas, transmitir la idea de que el problema alcanza a todos y mantenerse muy cerca del consumidor si quieren salir airosas de este periodo».
Ante este panorama, los consumidores esperan reducir sus gastos, pero los descensos son un poco más moderados en el ocio (ir al cine o espectáculos, gastos genéricos en ocio, salir de bares o restaurantes).
Más allá del cambio de trimestre en trimestre, destaca la caída en un año en la valoración del momento para comprar en todos los productos y servicios consultados. En este periodo, son habituales movimientos de entre un 20-40%, pero en el caso por ejemplo de los alimentos, el producto en el que más caída se ha observado, el descenso es del 30,4% al -13,4% (43 p.p.).
Se ha acentuado la percepción de un incremento generalizado de los precios y de que lo más prudente es reducir los niveles de consumo y volver a las marcas de distribución. Para el consumidor el incremento de los precios en la alimentación se ha convertido en un problema urgente que solucionar.
Esas circunstancias revelan que el contexto es extremadamente negativo para las marcas nuevas. La opinión pública piensa que no es momento para experimentos. Por otro lado, el informe revela otro dato que es que aunque los ingresos se mantendrán, con los mismos ingresos cada vez se pueden adquirir menos productos y servicios.
El último periodo de 2022, en el que Navidades y eventos como Black Friday deberían incrementar la demanda, comienza con una valoración del momento de compra negativa en todos los productos analizados excepto en Educación y Droguería.
Nos encontramos ante todos los síntomas de un periodo de recesión: repliegue en la previsión de gastos, retorno a las marcas de distribución e incremento de la percepción de inseguridad en los ingresos de una parte de la población. Por supuesto, los consumidores consideran que todos los grandes gastos deben ser controlados.