A pesar de las lluvias caídas en las últimas semanas, la situación hídrica del campo sigue preocupando.
Las lluvias caídas en las últimas semanas en Córdoba han sido bien recibidas por parte del sector agro, que considera que estas precipitaciones traen cierta esperanza al campo, aunque aún insuficiente dada la situación de sequía que se viene registrando durante los últimos meses. En este sentido, desde el agro cordobés se estima que, a estas alturas del año y de la campaña agrícola, el déficit de agua caída es de un 54% respecto a la media de los últimos 30 años.
No obstante, las recientes lluvias «han supuesto un respiro para los cultivos que se acaban de sembrar», así como para mejorar la ocupación de los embalses, en unas precipitaciones que «han sido beneficiosas para todos los sectores agroganaderos en general», como señala la secretaria provincial de la organización agraria COAG, Carmen Quintero.
De igual forma, tanto desde UPA como desde la patronal agraria Asaja Córdoba se valora positivamente la lluvia caída, «especialmente para los subsectores del olivar, los cítricos y la sierra, aunque ha mejorado también la situación de los cereales», recuerdan desde Asaja.
No en vano, la lluvia ha ocasionado que la sierra y las dehesas puedan tener una otoñada tardía, algo muy positivo para el sector ganadero y cinegético cordobés, aunque también las zonas de cultivo se han visto con algo más de agua. Y es que durante las últimas semanas las lluvias han caído en la Vega del Guadalquivir, la Campiña cordobesa y la Campiña Sur; con mayor cantidad aún en el Alto Guadiato, la Subbética y el Alto Guadalquivir, aunque con algo menos de agua en Los Pedroches.
Sin embargo, y a juicio del secretario provincial de UPA, Miguel Cobos, «las lluvias caídas son totalmente insuficientes y sigen poniendo en peligro la próxima campaña de riegos», por no hablar específicamente de la cosecha de aceituna -el subsector de mayor peso agrícola en la provincia- que depende mucho de las lluvias de este otoño y de la próxima primavera.
«La falta de precipitaciones que se vive en la provincia y la irregularidad de las mismas como consecuencia del cambio climático están teniendo gravísimos efectos sobre la agricultura y la ganadería», recuerda Miguel Cobos. Efectos negativos que van desde la falta de agua para la bebida y pastos del ganado extensivo hasta problemas en los regadíos por agotamiento de los acuíferos, la falta de tempero para las siembras y la pérdida de rendimientos en cultivos y producciones.
Ante esta situación, «las administraciones mantienen su inacción y miran hacia otro lado en lugar de asumir el problema y luchar contra él», afirma también el secretario provincial de UPA.
Con todo, las principales organizaciones agrarias esperan que en las próximas semanas y meses llueva de forma abundante que permita «ver con esperanza el año agrícola», a juicio de Asaja, y llene los pantanos de forma suficiente para garantizar un mínimo para los regadíos.
Fuente: El Diario de Córdoba