Del total de la indemnización prevista, cerca de 23 millones de euros se deben a los siniestros de pedrisco y casi 10 millones a los daños por helada.
La mayor parte de los daños se deben, principalmente, a las tormentas y a las fuertes granizadas que se produjeron en verano y, sobre todo, al episodio de pedrisco registrado el 1 de julio. Este riesgo climático supone cerca de 23 millones de euros del total de la indemnización prevista para el caqui. Además, la campaña arrancó con heladas que han continuado a lo largo de 2018, especialmente en primavera. Entre ambos fenómenos meteorológicos, se ha producido más del doble de siniestros que en 2017. En total, han declarado siniestro dos de cada tres hectáreas aseguradas de caqui en la Comunidad Valenciana, la principal zona productora.
La provincia de Valencia, principal zona productora, concentra el 98% de los daños, con alrededor de 11.460 hectáreas de superficie siniestrada, de las que más de 6.200 lo son por pedrisco, otras 4.700 por helada y el resto por otros riesgos. Por comarcas, la más afectada es la Ribera del Júcar, la mayor productora de caqui, con cerca de 7.800 hectáreas siniestradas, seguida del Valle de Albaida, con casi 1.200 hectáreas dañadas.
Fuente: Agroseguro