La tecnología innovadora de nanoburbujas aterriza en la provincia hortícola por excelencia en España con una nueva fábrica. Cuentan ya con unos 2.500 sistemas instalados en más de 55 países y más del 50% en el sector agrícola, mientras otros se destinan a la minería, piscifactoría, aguas residuales… Nació en Los Ángeles (California) y dieron el salto a Europa, primero en Holanda y después en España de la mano de Biosabor, que es su distribuidor oficial.
Su objetivo es recuperar grandes masas de agua donde existen contaminantes biológicos de materia orgánica y en algunos casos, residuos químicos. Trabajan con flujos de agua desde 2 metros cúbicos por hora hasta miles. Esta tecnología patentada consiste en una inyección de gas a líquido, de nanoburbujas que “consiguen disolver el oxígeno en agua con un 86% de eficiencia”, según explica Juan Cirera, director de Desarrollo de Moleaer en España.
De hecho, hay 24 instituciones científicas, entre las que se encuentran 12 universidades de Estados Unidos, Holanda y España que avalan de forma independiente, tanto la tecnología como los beneficios de Moleaer.
Principales ventajas:
• Mejora la estructura del suelo
• Incrementa la producción desde un 8 hasta un 50%
• Minimiza el uso de fitosanitarios en el cultivo
• Optimiza la calidad del agua
• Ahorra hasta un 20% de consumo de agua
• Logra eliminar el biofilm de las tuberías de riego
Esta novedosa tecnología de precisión puede aplicarse en un embalse o en línea en el cabezal de riego. “Vamos a conseguir un agua mucho más clara al reducir los elementos patógenos y la proliferación de algas”, explica Cirera. De hecho, uno de los principales caballos de batalla de los agricultores es el colapso de las tuberías de riego y Moleaer consigue limpiar su biolfilm con este sistema.
Carácter sostenible
Cuando las nanoburbujas pasan al suelo, logran mejorar su estructura, de forma que las raíces absorben agua y nutrientes de forma más eficiente, traduciéndose en un incremento de la producción. “Al mismo tiempo damos oxígeno a la microbiota del suelo facilitando la transmisión de nutrientes a través de la raíz, por lo que conseguimos una mejor absorción de los nutrientes, con el consiguiente ahorro en fertilizantes”, comenta Cirera, destacando el aspecto sostenible del sistema. También esta tecnología permite ahorrar hasta un 20% de consumo de agua por contar con una mejor calidad y, por tanto, menos contaminantes biológicos, más afluencia y menos sales.
Esta tecnología permite ahorrar hasta un 20% de consumo de agua
Según Cirera, “los sistemas se pueden amortizar desde los 6 meses a los 2 años máximo”, por lo que es relativamente corto el periodo para lograr amortizar la inversión.
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