Las mil oportunidades del tomate
Grandes, pequeños, redondos, con forma de dátil, rojos, amarillos… Las opciones de mercado del tomate son tan variadas como los tipos de consumidor, y la innovación es la herramienta para lograr que la categoría crezca sobre unos cimientos sólidos.
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¿Continúa siendo el tomate una categoría prometedora? Y si lo es, ¿cómo es posible que siga creciendo? Estas son dos de las preguntas a las que tratamos de responder en las siguientes páginas gracias a productores, comercializadores y casas de semillas, y en todas sus respuestas hallamos la palabra innovación. “Debemos seguir innovando”, afirma José Antonio Furió, Senior Sales Specialist de BASF, quien añade que “tenemos que ser capaces de ofrecer al consumidor nuevos estímulos visuales, gustativos y organolépticos”; pero, sobre todo, “no podemos defraudarlo”.
Estos “nuevos estímulos” pueden venir de la mano de las llamadas especialidades, ya sean en formatos pequeños o no tanto; pero también de tomates commodities en los que se ha logrado mejorar el sabor. “En los últimos años, se ha conseguido aumentar el sabor en todas las tipologías”, afirma Javier Pérez, Product Promoter de Solanáceas de Sakata Seed Ibérica, quien aboga por la “diversificación” para que la categoría siga creciendo.
Nuevas oportunidades
El tomate, como recuerda Imanol Almudí, CEO de Grupo Agroponiente, es un producto a caballo entre la fruta y la hortaliza y, precisamente por ello, “ofrece muchos más momentos de consumo que otros”. El reto radica ahora en “poner en el mercado tomates de distintos tipos, formatos y colores, que puedan consumirse las 24 horas del día”, respondiendo a cada uno de esos momentos de consumo. Y todo ello, sin olvidar la importancia de una calidad consistente, es decir, “que siempre ofrezcamos al consumidor el mismo producto”, apunta, por su parte, Andrés Soler, responsable de tomate de Unica.
Entre las cualidades más valoradas por el consumidor se encuentra, cómo no, el sabor, que por repetitivo que parezca, continúa siendo el gran caballo de batalla del sector. De hecho, y como señalan desde CASI, “no el 100% de las especialidades de sabor del mercado dan la talla”. Y entre las tipologías que, a priori, mejor responden a esta demanda se encuentran los tomates de calibre pequeño, como pueden ser los cherries o cherries pera, si bien, en los últimos años, asistimos al auge de otras como los marmande, corazón de buey invertido, tomates azules… tipos más tradicionales que, poco a poco, van copando espacio en los lineales.
Las demandas del supermercado
Las grandes cadenas, por su parte, no son reacias a la innovación, todo lo contrario: “Apuestan claramente por ella”, afirma Antonio García, director comercial de Grupo La Caña. Sin embargo, los lineales son espacios finitos, de modo que introducir cualquiera de estas innovaciones no es tarea fácil, sino que es necesaria una estrecha colaboración entre casas de semillas, productores y retailers para llegar al consumidor con un producto rompedor y, a veces, bajo una marca paraguas que garantice el cumplimiento de todas sus expectativas.
Pero no basta con aportar algo diferente, el supermercado exige cada vez más un suministro continuo, gracias a programas de 12 meses, así como la citada consistencia en la calidad y una vida útil adecuada para evitar mermas.
¿Qué busca el consumidor?
El consumidor, por su parte, “quiere texturas, sabores y apariencias diferentes”, comenta el director comercial de Grupo La Caña, para quien existen tantas nuevas oportunidades comerciales como demandas del consumidor. Eso sí, no podemos olvidar que, cuando hablamos de innovación y especialidades, no lo hacemos de un mercado mainstream (mayoritario), sino de nichos; y el grueso del mercado de tomate continúan siendo los tipos convencionales.
De hecho, de cara a la próxima campaña, y según las primeras estimaciones del sector, todo apunta a que su superficie en Almería crecerá ligeramente y lo hará, sobre todo, en el tipo rama en clara respuesta a los buenos resultados obtenidos este año y a las perspectivas comerciales de Holanda. Y es que, el elevado precio del gas augura un descenso de su producción, altamente demandante de este tipo de energía para calefactar sus invernaderos.
Y precisamente porque existe un mercado inmenso, alejado de nichos y especialidades, desde el sector se aboga también por mejorar el sabor en los tipos commodities, democratizándolo y haciéndolo más asequible al consumidor que, ahora más que nunca, se enfrenta a una importante pérdida de su poder adquisitivo.
Innovar, por tanto, no es solo cuestión de introducir en el mercado variedades rompedoras, sino de mejorar las ya existentes dotándolas de un mejor sabor que invite a repetir la compra. De combinar ambas estrategias de negocio, la categoría de tomate sí que tiene un futuro prometedor, y así lo demostramos a continuación.
5 CLAVES DEL ÉXITO
1. Diversificación
2. Sabor
3. Calidad consistente
4. Vida útil
5. Suministro continuo