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Las hortalizas congeladas en la alimentación complementaria de los bebés

Gracias al proceso de ultracongelación, las verduras mantienen intactas todas sus propiedades y nutrientes, por lo que son un alimento de gran calidad, rico y con textura, además de nutritivamente completo.

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Con motivo del Día Mundial de la Alimentación, que se celebró el16 de octubre, la Asociación Española de Fabricantes de Vegetales Congelados, ASEVEC, en colaboración con la pediatra de Atención Primaria Laura Morlán Herrador, hacen hincapié en los beneficios de introducir verduras congeladas en la alimentación complementaria de los bebés a partir de seis meses.

La leche es el alimento principal durante los seis primeros meses de vida, pero a partir de ese momento “es necesario introducir una alimentación complementaria para compensar el déficit de hierro que supondría prolongar la alimentación exclusiva a base de leche”, explica la Dra. Morlán, pediatra de atención primaria en la Comunidad de Madrid.

Por ello, las verduras, tanto trituradas como en formato apto para baby led weanning (BLW), constituyen una de las bases del inicio de la alimentación complementaria, así como el aporte de proteína, como pollo, pescados blancos, legumbres… y fruta”, explica la pediatra. El BLW, también llamado alimentación dirigida por el bebé o autorregulada, permite que el propio bebé dirija el proceso de destete y el ritmo de introducción de nuevos alimentos.

Y es que, la introducción de la alimentación complementaria en el bebé ha cambiado mucho en los últimos años. En la actualidad se ha demostrado la importancia de incluir tanto verdura como proteína, “priorizando aquellas que son más ricas en hierro y zinc”.

Algunas de las verduras que se pueden introducir a partir de los seis meses son el calabacín, la zanahoria, las judías verdes o la calabaza. “Las verduras de hoja verde grande como espinaca, acelga y borraja no deberían ofrecerse hasta el año de vida, ya que son alimentos ricos en nitratos que producen metahemoglobinemia”, detalla la especialista.

Diversos estudios recientes han demostrado los beneficios de las verduras congeladas*. Y es que, gracias al proceso de ultracongelación, las verduras mantienen intactas todas sus propiedades y nutrientes, por lo que al ser cocinadas son un alimento de gran calidad, rico y con textura, además de nutritivamente completo.

Una buena opción para introducir las verduras en la alimentación de los bebés es a través de los purés. Los purés juegan un papel fundamental en la alimentación complementaria, ya que son una forma segura y eficaz de introducir una amplia variedad de nutrientes esenciales durante los primeros meses de transición hacia los alimentos sólidos.

Al utilizar verduras congeladas, los padres aseguran que los purés sean rápidos de preparar, conservando al máximo los nutrientes y la frescura de los vegetales, garantizando así una alimentación completa y balanceada para sus pequeños”, destaca Álvaro Aguilar, secretario general de ASEVEC.

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