Las peores previsiones se cumplieron la madrugada de este lunes. El paso de la borrasca Ciril por tierras aragonesas volvió a desplomar los termómetros por segundo día consecutivo, esta vez hasta más de 8 grados bajo cero en algunas zonas. Y las heladas golpearon con mayor fuerza que la madrugada anterior a unos frutales ya en plena floración e incluso con el fruto dando sus primeros brotes.
Tras una segunda noche sin descanso, a pie de finca, con los sistemas antiheladas a toda actividad, los agricultores hablan con desolación de «desastre total» y ya se dan por perdidas las cosechas de algunas zonas y de diferentes especies frutícolas.
«Todavía es pronto para valorar las afecciones de las heladas por comarcas y cultivos», aseguraron desde UAGA, que destacó que, aunque parece que lo peor ha pasado, según las previsiones meteorológicas «todavía quedan por delante dos noches muy frías». Por eso, insistió la organización agraria, la preocupación entre los agricultores es «máxima», ya que las bajas temperaturas han llegado en el momento más complicado para estas producciones, precisamente cuando los frutales y el resto de leñosos (frutos secos y vid) están en floración e incluso ya han cuajado.
Pero aunque aún no hay cifras definitivas, las primeras estimaciones realizadas por UAGA ya evidencian la magnitud del destrozo. En los valles de Jiloca, Ribota y el Manubles, en la comarca de Calatayud, la organización agraria calcula daños del 80% en fruta de hueso (cereza, melocotón y almendro) y se estima que la afección en las zonas de vega alcance el 100%, después de que la pasada madrugada las mínimas se desplomaran hasta los -8º. Se espera que la pera, que ya estaba entrando en floración, pueda salvarse con tratamiento de hormonas, aunque UAGA reconoce que el resultado es incierto porque se ha helado estando aún muy cerrado el brote.
«En el conjunto de la zona puede haber media cosecha, pero no se sabrá hasta dentro de unos días«, señaló el sindicato, que añadió que si bien en las zonas más altas de esta comarca hay mayor diversidad de microclimas, tanto en almendro como en cerezo la afección será alta, alrededor del 70-80%.
Dos años consecutivos
Los productores de las comarcas oscenses de Bajo Cinca, Cinca Medio y La Litera estiman pérdidas de entre el 70% y el 100% de la cosecha en determinadas fincas, después de dos noches con picos de temperaturas superiores a los 7 grados bajo cero. Un nuevo mazazo que amenaza con poner la puntilla a muchas explotaciones de cereza y albaricoque que el pasado año, entonces a mediados de marzo, quedaron arrasadas también por una helada.
En el Bajo Aragón-Caspe, la noche más fría fue la del sábado al domingo, aunque, como explicaron desde UAGA, en aquellas zonas en las que ha estado nublado el descenso de temperatura no ha sido tan acusado. Eso explica que en parcelas de localidad bajas la afección sea del 100% y en otras de mayor altitud el hielo apenas se haya notado. También hay afecciones en los cultivos de almendro de las comarcas de Sobrarbe, Borja y Tarazona, aunque todavía están por cuantificar.
Si la preocupación es máxima por la evolución de los cultivos, por el resultado de la aplicación de los riesgos antiheladas o las estufas de parafina, no es menos por las coberturas del seguro agrario. Porque, explican desde UAGA, que pide una adaptación de las pólizas, «con un 30% de franquicia, el seguro de explotación no garantiza la supervivencia de las explotaciones familiares antes este tipo de adversidades climáticas». Además, recuerda la organización agraria, para las heladas de 2021 Agroseguro aplicó una reducción de kilos a las explotaciones que podían asegurar el albaricoque, por lo que «un agricultor que tenga el 100% de helada no cobrará más de un 30% o un 40% de la producción».