Una temperatura y humedad elevadas, en torno a 20ºC y un 90%, así como un ambiente sombreado son el «caldo de cultivo» perfecto para el desarrollo de la rosquilla verde (Spodoptera exigua) en sandía, según recuerdan desde la Red de Alerta e Información Fitosanitaria (RAIF), de la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural. De ahí que hayan querido lanzar una serie de recomendaciones para evitar en la medida de lo posible su propagación.
Entre esas medidas destacan las relacionadas con la hermeticidad del invernadero, colocando, para ello, o bien dobles puertas a la entrada o, en su caso, puerta y malla de una densidad considerable. Asimismo, recomiendan la colocación de mallas laterales y cenitales, además de vigilar y controlar su estado, sobre todo el de las ubicadas en la dirección de los vientos dominantes.
Eliminar las malas hierbas y restos de cultivos, así como retirar y destruir los frutos dañados son otras de la recomendaciones de la Administración andaluza para evitar los posibles daños causados por esta plaga.
Nivel bajo
Hasta el momento, y según los últimos datos de la Administración andaluza, el nivel de presencia de esta plaga en los cultivos es muy pequeño. De hecho, hasta principios de este mes, apenas se habían detectado daños en 1 de cada 300 plantas y en 1 de cada 20 invernaderos.
En cualquier caso, no hay que bajar la guardia, ya que las mordeduras de la rosquilla verde en la sandía traen consigo importantes problemas de comercialización.
Fuente: fhalmería / Freshplaza