Las complicaciones logísticas derivadas de la pandemia continúan
La cebolla ha sido uno de los productos más perjudicados por la crisis sanitaria y aún no ha terminado de padecer sus efectos. Así lo afirma Jordi Calatayud y Monge, responsable comercial de la importadora holandesa Mulder Onions.
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COVID-19
Poco a poco se están levantando las últimas restricciones impuestas en estados europeos como Países Bajos. En este caso, fue a primeros del mes de abril, tras dos años de limitaciones que han dañado gravemente al sector Horeca y a las importaciones y exportaciones de cebolla. Mientras tanto, desde Mulder Onions continúan buscando la tan ansiada normalidad creciendo en volumen de venta, así como en cuota de mercado en la medida de sus posibilidades: “Esperamos volver completamente a la normalidad en 2022”.
Barreras logísticas
Además de la inestabilidad geopolítica y el incremento de costes, las complicaciones logísticas continúan. Y en Mulder Onions lo sufren de primera mano al ser importadores y exportadores desde el principal puerto europeo para frutas y hortalizas, Holanda: “Además del aumento del coste de los fletes, han faltado contenedores, de forma que cada semana es un desafío colocar nuestras cargas”, detalla Jordi Calatayud y Monge al respecto.
«Esperamos volver completamente a la normalidad en 2022»
Continuidad
Ante esta difícil situación, en la empresa Mulder Onions se centran en adaptarse de forma constante a las diferentes realidades y en ofrecer continuidad en el servicio. “No hacemos grandes inversiones, sino que nuestra principal preocupación es seguir trabajando sin interrupción, como hemos hecho hasta ahora”, concluye.