La Unió Llauradora ha confirmado la presencia del Trips Scirtothrips aurantii de forma oficial en las zonas productoras de la Comunidad Valenciana, circunstancia que ya ha sido comunicada oficialmente por parte de la Conselleria de Agricultura al Ministerio de Agricultura, Comisión Europea y a otras comunidades autónomas.
La Conselleria de Agricultura ha remitido ya de hecho la declaración oficial de existencia de la plaga para publicar en el Diario Oficial de la Generalitat en el transcurso de los próximos días.
LA UNIÓ indica que ahora se está pendiente de elaboración de unas recomendaciones por parte de la Conselleria de Agricultura y el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA), aunque existe ya un Plan de Contingencia del MAPA desde febrero de 2021 con las medidas a adoptar.
Hace unos días la organización alertaba de un inusual y fuerte ataque de un trips en cultivos cítricolas del sur de Alicante y en el cultivo del caqui de la Ribera Alta que, dada su virulencia, podría ser el Scirtotrhrips aurantii, que proviene de África y Yemen y que está presente en España desde que se detectó en noviembre de 2020 en la provincia de Huelva.
Las temperaturas invernales de este año, cálidas para la época, han favorecido, junto a una humedad relativa suficiente, el desarrollo y dispersión de Scirtothrips aurantii, en zonas productoras de Sevilla, Huelva y el sur de Portugal. Ahora, ya se ha certificado también su llegada a la Comunidad Valenciana.
LA UNIÓ, tras las peticiones de varios de sus asociados que observaban daños en sus frutos, realizó junto a técnicos de sanidad vegetal de la Conselleria de Agricultura, prospecciones para verificar que se trataba de este Trips como así finalmente ha sido.
El Scirtotrhrips aurantii es una plaga muy polífaga que afecta a más de 70 especies vegetales pertenecientes a distintas familias botánicas. Esta especie de trips es considerada una plaga de gran importancia económica de cítricos -principalmente sobre variedades de naranja-, pero puede afectar también a las producciones de aguacate, uva de mesa, granada y caqui donde puede ocasionar daños en los frutos, que hacen que estos pierdan su valor comercial, dejándolos solo aptos para su procesado. Por lo tanto, el principal daño en fruto es el provocado por las larvas y los adultos, a pesar de que los brotes en formación también pueden ser atacados reiteradamente por la plaga. El Ministerio de Agricultura, ante esta detección, publicó ya en febrero de 2021 un plan de contingencia donde se establecen las medidas de control y lucha contra este trips dentro del Programa Nacional para la Aplicación de la Normativa Fitosanitaria. LA UNIÓ aprovecha para reclamar al Ministerio de Agricultura que refuerce nuestras fronteras ante el peligro de nuevas entradas de plagas que es cada vez más grande por el considerable aumento de las importaciones de cítricos, así como que las diferentes administraciones públicas pongan en marcha ayudas para las explotaciones afectadas por una plaga en la que los agricultores no tienen ninguna responsabilidad y deben asumir los sobrecostes de combatirla. Los grandes especialistas en plagas advierten que el comercio global significa plaga global y por ese motivo LA UNIÓ aboga por incrementar la seguridad en los protocolos de importación y reforzar los puestos de inspección fronterizos (PIF), así como destinar más recursos a los departamentos de sanidad vegetal que tienen un papel destacado como aliados del sector productor.
“La importación de fruta fresca es una potencial vía de entrada. Estamos ante un riesgo muy elevado y más vale prevenir ahora que curar después. La introducción de otras plagas podría conllevar una grave afección a una producción de frutas como la nuestra orientada al mercado en fresco, por lo que las pérdidas y la desestabilización para el sector europeo serían irreparables”, señala Carles Peris, secretario general de LA UNIÓ. Peris insiste en la necesidad de reforzar la producción autóctona frente a las importaciones. “Las Administraciones deben apostar por salvaguardar las producciones de aquí. Depender de las importaciones de otros países, cada vez más elevadas, es un claro riesgo para la entrada de enfermedades que podrían ser letales para el futuro de la citricultura europea y también implican un alto coste medioambiental”.
El secretario general de LA UNIÓ indica que “los productores estamos sufriendo aumentos de costes desmesurados para combatir plagas nuevas y las ya existentes. Nos sentimos indefensos al no disponer de una lucha biológica suficientemente desarrollada para hacer frente, ya que cada vez tenemos menos materias activas disponibles. Todo ello se traduce en pérdida de fruta comercial debido que los desperdicios son más altos y falta de rentabilidad”.