La representación en la asamblea frena la fusión de Murgiverde y Agroiris
Ambas partes continúan inmersas en una negociación que se prevé larga, pero que, de llegar a buen término, daría lugar a un gigante con una facturación de casi 400 millones de euros.
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Hace apenas 15 días que saltaba la noticia: Murgiverde y Agroiris negocian su fusión, decía el titular del diario Ideal Almería. Desde entonces, se han mantenido encuentros para perfilar los pormenores -o no tan menores- de una operación que daría lugar al nacimiento de un nuevo gigante en el campo almeriense, cuya facturación conjunta alcanzaría los 400 millones de euros, el millar de socios y sumaría 12 centros de trabajo. De este modo, y gracias a esta operación de concentración de la oferta, la entidad resultante tendría un mejor posicionamiento frente a una gran distribución también muy concentrada.
Esta semana, sin embargo, asistimos al primer desencuentro entre ambas partes: ¿cuál será el modelo de representación en la futura asamblea? Desde Agroiris defienden su modelo actual, un socio, un voto. Y en Murgiverde hacen lo propio y abogan por el voto ponderado, es decir, aquellos socios que aporten más kilos, y por tanto facturación, a la nueva comercializadora deben tener también más peso sobre las decisiones que se adopten en asamblea.
“Las negociaciones están aún en una fase muy inicial”, ha afirmado en declaraciones a la revista MERCADOS Javier Díaz Planelles, director general de Agroiris, quien ha apelado a la necesidad de mantener la calma: “Somos dos empresas grandes, con una importante masa social, es normal que se den estas situaciones”.
A esa primera desavenencia, fuentes consultas por esta publicación suman una segunda. Según publicó recientemente Alimarket, desde Agroiris propondrían la constitución de una empresa que se ocupara de la comercialización de los productos de ambas partes, propuesta que no contaría con el beneplácito de Murgiverde. “No aspiran solo a un acuerdo comercial”, apuntan las citadas fuentes, y añaden que la cooperativa de segundo grado quiere que “los agricultores puedan decidir sobre todo” y no que se cree lo que denominan “una cúpula de gerentes y comerciales”.
En cualquier caso, y de momento, nada hace pensar que las conversaciones hayan llegado a un dique seco. “Estamos hablando de la fusión de dos grandes empresas, con lo cual el proceso puede ser largo”, concluye Díaz Planelles.