Uno de los temas más recurrentes en la visita de Mercados a la unidad alimentaria ha sido la transformación del modelo de negocio. “Antes, los clientes solían acudir al mercado para realizar sus compras, pero ahora prefieren hacerlo directamente desde el origen”, explica José Miguel López, responsable de la delegación de Frutínter. Este cambio ha llevado a una disminución en las ventas en Mercamadrid y ha obligado a las empresas a replantear su enfoque y estrategias comerciales. “Tenemos que volver a hacer atractivo Mercamadrid, que no se convierta únicamente en una plataforma logística”, añade López.
La rentabilidad
En un mercado cada vez más competitivo, la rentabilidad se convierte en el foco principal de la empresa. Los altos costes y los bajos márgenes son desafíos constantes, “mi día a día es encontrar nuevas formas para hacer el negocio más rentable”, esto se ha vuelto crucial para Frutínter en la supervivencia en este entorno cambiante. Frutínter está explorando formas de especializarse y diferenciarse en el mercado, centrándose en la calidad del producto y el servicio al cliente. López apunta a la hostelería como una de las vías que más fuerza está tomando.
Retos
Además, la falta de relevo generacional y la escasez de mano de obra cualificada son problemas que persisten y que afectan tanto a la operatividad como a la rentabilidad de las empresas. Para José Miguel López, “un nuevo horario podría flexibilizar esta situación para que seamos interesantes para nuevos clientes y nuevas generaciones que aporten nuevas ideas y visiones”.
A pesar de los desafíos, desde Frutínter son optimistas sobre el futuro, no dudan que Mercamadrid seguirá liderando la distribución, pero el perfil de empresas tenderá a la unión y consolidación de grupos para ser sostenibles, “nosotros tenemos una marca sólida y una base de clientes leales, estamos comprometidos a seguir siendo un socio confiable para nuestros clientes”.