En la presente temporada sin embargo, el comportamiento del clima reducirá el potencial productivo del país, tanto por la menor acumulación de horas frío que se registró en invierno, como por la seguidilla de heladas que se están presentando desde fines de agosto. Además, las exportadoras asociadas al Comité de Arándanos están dejando de exportar un número importante de variedades que históricamente no han presentado buen comportamiento de post cosecha.
Por ello, se espera que la producción se sitúe en las 160.000 toneladas, con 115.000 toneladas de exportación en fresco, 41.000 toneladas de congelado y 4.000 toneladas que serán movilizadas localmente.
Los nuevos registros de plantaciones muestran un incremento neto de 2.500 ha, alcanzando las 18.374 ha de arándanos en Chile. En los últimos años el cultivo mostraba signos de estabilización y se pensaba que la gran cantidad de plantas vendidas, en su mayoría de nuevas variedades, era para renovar huertos solamente, sin embargo, se observa un crecimiento neto de superficie que impulsará nuevamente las exportaciones, especialmente por la renovación de variedades de mejor calidad de fruta y más productivas.
De este aumento, un 92% se concentra en las regiones del Maule; Ñuble y Bio Bio, la zona productora por excelencia, lo que fortalecerá su posición en el mercado.
Otro aspecto a tener presente es el adelanto observado en la brotación de los arándanos en Chile esta temporada . El menor frío invernal y días de altas temperaturas en agosto, despertaron en forma anticipada a los arándanos y se registra actualmente un adelanto promedio de 1 semana en el desarrollo de los frutos respecto de una temporada normal.
No obstante, a inicios de octubre se entregará una revisión de la estimación considerando el efecto climático de septiembre sobre el volumen total a exportar y especialmente sobre la dinámica de cosechas que se tendrá en la temporada 2019-20.