Menos herramientas para la conservación. El camino que se está marcando Europa hacia una agricultura más sostenible, suprimiendo productos para la conservación de la patata, lleva a reducir el volumen de esta categoría, ampliando la ventana comercial en favor de la patata nueva. Así, el consumidor va a volver a tener la oportunidad de consumir patata nueva durante los meses de mayo y junio, cuando antes predominaba la de conservación.
Campaña marcada por los costes. Las previsiones de la campaña de patata nueva andaluza son favorables, pese al importante sobrecoste de producción y logística que hay hoy en día. Calculamos un incremento de costes de, aproximadamente, 10 céntimos de euro por kilo de patata que debe poder repercutirse en el precio de venta final, lo que no creo que termine afectando al consumo, ya que seguirá siendo un producto de alimentación de primera necesidad y barato, aunque suba de precio. Además, el canal Horeca ya está funcionando al 100% y eso está influyendo positivamente en el comercio tras estos dos años de cierres y restricciones.
Mayor unión. Copiar el modelo francés, con una interprofesional cohesionada y bien estructurada, y una población que antepone el producto local al foráneo; es lo que necesitamos y a lo que debemos aspirar para un mejor desarrollo del sector.
INNOVACIÓN VARIETAL
Distrisur, pese a contar con un programa tradicional, innova en su I+D y presenta variedades como Chateau, con buena calidad y comportamiento en campo, de carne firme al cocer, “con la que estamos muy ilusionados”; así como Babylon, especial para freír; y Levante, para la industria de lavado y multiusos, entre otras.