La campaña de cereza 2023/2024 apunta a cifras muy positivas, gracias a las favorables condiciones del clima y la pluviometría registradas en los momentos clave del ciclo vegetativo del cultivo. A lo largo del mes de febrero, la temperatura ha sido más suave de lo normal y, aunque hay variedades que requieren más horas de frío, esto ha beneficiado un adelanto de la floración entre 10 y 15 días. Además, las lluvias caídas en las principales zonas de producción, sobre todo, en Aragón y Extremadura, han beneficiado la carga del fruto, lo que apunta hacia una importante cosecha en calidad y muy superior en volumen, en comparación con el año pasado. Sin embargo, el sector se muestra prudente y aún tiene en la retina los graves daños que padeció el año pasado con las intensas tormentas de principios de junio, que provocaron la pérdida del 80% de la producción en el Valle del Jerte y redujeron la producción nacional en un 8%.
Las exportaciones de cereza española aumentaron un 25% en 2023, dirigidas, sobre todo, a países europeos, entre ellos, Alemania (+67%), Francia (+69%) e Italia (+154%).
Variedades más rústicas
Precisamente, para hacer frente a las consecuencias del cambio climático, con altibajos de temperaturas en diferentes épocas del año, así como a la escasez o exceso de lluvias, el sector productor de cereza necesita seguir innovando y desarrollando nuevos materiales más resistentes a estas alteraciones climáticas y al rajado de la fruta, que se produce por exceso de exposición a la humedad. En este sentido, la Agrupación de Cooperativas del Valle del Jerte está trabajando con el Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (Cicytex) para obtener este tipo de variedades más rústicas y que necesiten menos horas de frío para mejorar la productividad y, con ello, la rentabilidad, en equilibrio con la calidad y el valor añadido que proporciona el entorno del Jerte.
Además, el sector es consciente de las ventajas que proporciona reforzar la estrategia de marketing de cara al consumidor y, en el caso de la Denominación de Origen del Jerte, apuestan por impulsar su sello de calidad de la Cereza del Jerte, poniendo en valor un producto cultivado bajo estrictos estándares de calidad y con un modelo de agricultura familiar y sostenible.
Un producto diferenciado
Este modelo proporciona una gran diferenciación en el mercado nacional, donde la cereza apenas tiene competencia y es un factor estratégico para la exportación, donde Turquía está creciendo en los últimos años y supone una amenaza importante. A pesar de ello, la cereza española incrementó un 25% sus ventas al exterior en 2023, en comparación con 2022, y un 12% más respecto a la media del último lustro, según los datos oficiales del Ministerio de Agricultura. Las exportaciones en 2023 han aumentado en casi todos los principales destinos europeos, especialmente, Alemania (+67%), Francia (+69%) e Italia (+154%).