El Consejero de Agricultura afirma que este decreto regulará el procedimiento para recabar la información y articular los procesos ante una catástrofe o adversidad: “Lo que queremos es regular el procedimiento de evaluación de daños, agilizarlo, para acelerar los tiempos para que el sector reciba las ayudas cuanto antes”.
Es un paso más, un intento de mejorar los procesos para dar una mejor respuesta al sector, “es una reafirmación de nuestra apuesta por los seguros agrarios, porque son fundamentales, porque éstos se erigen en un verdadero chaleco salvavidas, en la mejor garantía, aportan certidumbre a unos productores que pueden dedicarse con tranquilidad a sus cultivos con la seguridad de que si ocurriera algo no quedarían desamparados, estarían cubiertos y sus rentas, salvaguardadas”, puntualiza el Consejero.
En el ámbito de los seguros agrarios, el Gobierno andaluz demuestra un compromiso firme: “Hemos incrementado el presupuesto de las ayudas a la contratación de seguros agrarios de la convocatoria de 2018 hasta los 9,7 millones de euros, tras aumentar en dos millones el montante previsto en un primer momento. Ya hemos iniciado, además, el primero de los pagos por un importe de casi 4,5 millones de euros, el 46% de un total de 9,7 millones destinados este año a este fin. Este primer pago lo recibirán 5.679 beneficiarios”.
Con este aumento presupuestario esperan superar los 10.000 beneficiarios e incrementan, además, la intensidad de las ayudas, que sube hasta un máximo de 5.000 euros por póliza cuando en la convocatoria anterior estaba establecido en 3.000 euros. “El esfuerzo de la Junta de Andalucía, en definitiva, es palmario: hemos aumentado el presupuesto un 62% respecto a 2017”, concluye Rodrigo Sánchez Haro.
Un instrumento eficaz
La Junta de Andalucía apoya la contratación del seguro agrario combinado con una ayuda suplementaria a la concedida por el Estado, a través de la Entidad Estatal de Seguros Agrarios (Enesa), puesto que considera al seguro agrario combinado un eficaz instrumento que permite salvaguardar las rentas de las explotaciones frente a las adversidades meteorológicas, enfermedades o accidentes, que en algunos casos pueden producir daños con pérdidas económicas de grandes dimensiones.
Este apoyo al aseguramiento favorece una mayor estabilidad en la producción agraria y permite paliar los efectos adversos de la meteorología, así como otros tipos de accidentes que inciden sobre las rentas de los agricultores y ganaderos. Los seguros son la herramienta de compensación económica.