La Granada te cuida el corazón
Disminuye la presión arterial sistólica, el colesterol malo y mejora la glucemia pero, además, el consumo de granada también es bueno frente a ciertos tipos de cáncer, para la artritis y la fertilidad.
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La granada es una fruta de otoño que está de temporada y su consumo nos aporta numerosos beneficios para la salud. De hecho, está considerada como una superfruta porque es un alimento funcional, es decir, tiene sustancias que ejercen efectos positivos sobre diferentes funciones del organismo y proporciona beneficios a las personas que los consumen.
Estas propiedades saludables se conocen desde la antigüedad donde Hipócrates, conocido como el padre de la medicina, ya recomendaba dar zumo de granada a los pacientes que tenían fiebre o para fortalecer a los enfermos.
Entre los beneficios del consumo de granadas destacan los cuidados de nuestro sistema cardiovascular tal y como señala la doctora Ana Bellón, licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad Complutense de Madrid y colaboradora durante 9 años en el programa La Mañana de La 1 y Saber Vivir de Televisión Española.
Según la popular doctora, “el consumo regular de granada produce una disminución de la presión arterial sistólica (la presión alta), reduce el colesterol malo (el llamado LDL) y mejora la glucemia (la cantidad de azúcar en la sangre)”.
De esta forma, continúa la doctora Bellón, “si tenemos en cuenta que estos tres factores de riesgo: la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia o la diabetes son tres enemigos potenciales de nuestro sistema cardiovascular podemos decir que si tomamos granada de manera regular vamos a tener nuestro corazón y nuestro cerebro mucho más sano”.
Además, la gran cantidad de antioxidantes que tiene la granada (tres veces más que el té verde o el vino tinto) protege el endotelio vascular que es la capa que tapiza el interior de los vasos sanguíneos. Esta acción dificulta que se produzca una placa de ateroma que son las que obstruyen las arterias y las que pueden provocar un infarto, apunta Ana Bellón.
La gran cantidad de taninos que tiene la granada también sirve para tratar la diarrea y es beneficiosa para la artritis ya que mejora el dolor de las articulaciones.
La doctora Bellón afirma que la granada también disminuye el riesgo de ciertos cánceres sobre todo de mama y próstata pero también de hígado, piel o incluso de pulmón y, por otra parte, mejora la calidad del esperma y mejora la fertilidad.
Fruta rica en agua, vitaminas y potasio
La granada es una fruta muy rica en agua, “más del 85% de su composición es agua, tiene pocas grasas, pocas proteínas y pocas calorías. Por 100 gramos de granada no llegan a las 35 kilocalorías, en cuanto a las vitaminas destacan la C y la A y dentro de los minerales el potasio, por eso es un buen diurético y favorece la eliminación de líquidos”, precisa la doctora Ana Bellón.
España, principales productores de Europa
España es el principal productor de granada de Europa. Más del 75% de la producción nacional de granadas se concentra en tres comarcas del sur de Alicante (L’Alacantí, Baix Vinalopó y Vega Baja) donde la variedad estrella es la mollar de Elche, una granada que está reconocida con el sello de calidad de la Denominación de Origen Protegida.
La granada mollar de Elche está considerada como una de las mejores granadas del mundo porque es una variedad dulce, su semilla es muy blanda y comestible y el color exterior puede oscilar del crema al rojo intenso dependiendo de su exposición al sol en el árbol.
La doctora Bellón apunta que el hecho de que la granada mollar de Elche sea dulce “no significa que tenga más azúcar, tiene menos de 10 gramos de azúcar por cada 100 gramos de producto, de hecho hay otras frutas que tienen más cantidad de azúcar”.
Consejos a la hora de comprar una granada
Para comprar una granada es importante que tenga la piel lisa, tersa y dura, sin grietas ni arrugas y que tengan un peso elevado respecto a su tamaño.
En cuanto al color externo, en el caso de la mollar de Elche no debemos dejarnos llevar por las apariencias. Las granadas de Elche pueden ser más pálidas y de un color menos uniforme pero eso es porque su imagen depende de la naturaleza y de los rayos de sol que ha recibido la fruta en el árbol.
Para tener garantías de su calidad, tenemos que buscar las granadas que tengan la etiqueta que certifica que es una fruta con Denominación de Origen.
En cuanto a su conservación, se puede mantener varios días a temperatura ambiente y, si no se van a consumir inmediatamente, se pueden guardar en el frigorífico para alargar su vida.
La temporada de la granada mollar de Elche va desde el mes de octubre hasta finales de enero.
Cada campaña de la granada mollar de Elche se inaugura por un/a chef de la alta cocina que realiza un corte simbólico. El padrino de la temporada 2018/19 es Albert Adrià, 4 estrellas Michelín y Premio Nacional de Gastronomía 2017 al mejor Jefe de Cocina.
Adrià ha recogido el testigo de anteriores embajadores como Quique Dacosta, Paco Roncero, Mario Sandoval, Alberto Chicote, Ricard Camarena, Susi Díaz o el maestro pastelero Paco Torreblanca, entre otros.
Cómo pelar una granada
Habitualmente se suele pensar que comer una granada es complicado porque cuesta de pelar pero, en realidad, es un mito que la Denominación de Origen de la Granada Mollar de Elche quiere desterrar a través de la campaña #desgrÁMAME
Esta campaña pretende mostrar que se puede pelar muy fácilmente con unos sencillos pasos. El primero es hacer cuatro cortes con el cuchillo alrededor de la corona en forma de cuadrado; eso nos permite retirar la corona y ver las membranas (partes blancas) de la granada. De esta forma, en cada membrana haremos un corte hacia la parte inferior de la granada (como si fuera una naranja) y haremos tantos cortes como membranas. Una vez realizada esta acción tendremos la granada partida a gajos, la abrimos por la mitad, retiramos el corazón (la parte blanca que hay en el centro) y directamente ya podremos comerla así o será mucho más fácil desgranarla.
También hay otro método más rápido que es cortar la granada por la mitad, coger una cuchara o mazo y golpear su corteza para que los granos vayan cayendo en un bol o plato.