El sector del melón vive un momento delicado, ¿en qué situación se encuentra realmente?
Estamos viendo cómo cada año la superficie de siembra se va reduciendo, principalmente porque el consumo está bajando, y ya no es rentable para el productor.
¿Y cómo se ha llegado hasta aquí?
A lo largo de los últimos años, la gran distribución ha utilizado esta fruta como reclamo, como si de una campaña publicitaria de telefonía se tratara, en la que solo cuenta el precio llamativo. Nos referimos a dos o tres grandes grupos multinacionales y a la mayor empresa de distribución española, para quienes su único objetivo es ganar dinero.
Explíquese, no queda clara la relación entre el objetivo de la gran distribución y la bajada del consumo…
La gran distribución trabaja con simples referencias, sin nombre ni apellidos. Su única finalidad es ganar dinero en la liquidación total de artículos vendidos, aunque para ello el melón pierda su valor, tanto en precio como en sabor, y haya que tirarlo. Si el melón defrauda en la mesa, se deja de consumir y todo el proceso de cultivo, comercialización y consumo sufre el efecto dominó.
A su juicio, ¿quién hace una buena defensa del melón?
Tenemos aliados que van en el mismo barco que nosotros: cadenas medianas y pequeñas de supermercados, mercados centrales que valorizan el buen producto, almacenes de fruta que sufren y disfrutan del contacto directo con la pequeña tienda y con el consumidor final.
Es verdad que cada vez hay más fruterías especializadas, ¿es posible que ese sea un síntoma de lo que está comentando?
Sin duda ese movimiento es una respuesta por parte del consumidor ante la bajada de calidad de la gran distribución. Son establecimientos que apuestan por la calidad, con unos niveles de precios equilibrados y asequibles para los hogares con un poder adquisitivo medio – bajo, que son la mayoría.