La realidad a fecha de hoy es que el año hidrológico está siendo uno de los menos lluviosos de las últimas décadas. En el caso de la provincia de Almería, según el último informe publicado por la Agencia Estatal de Meteorología, el agua recogida no llega a alcanzar ni el 75 por ciento de los valores considerados ‘normales’.
En estas dos últimas semanas se han repetido situaciones de alerta ante la posibilidad de que las DANA (Depresión Aislada en Valores Altos), lo que antes se denominaba ‘gota fría’, llegaran a la provincia, pero en ambos casos las tormentas asociadas pasaron de largo.
Emergencia
Para la Federación de Regantes de Almería, organización que reúne a la mayor parte de las comunidades de regantes de la provincia, esa ausencia de lluvias hace presagiar una situación más que preocupante de cara a los próximos meses, cuando más necesaria será el agua ante el incremento de la demandapara los cultivos.
Plantaciones
Esa confianza se quiebra cuando se habla de mantener la campaña de riegos más allá del mes de septiembre, porque “de no mediar un cambio radical en la meteorología, si no aparecen lluvias capaces de paliar el actual déficit de precipitaciones, a finales de ese mes o principios de octubre nos van a cortar el suministro”.
Mientras tanto, son los propios regantes los que están realizando una política de control exhaustivo de las reservas de agua, unas medidas que les están permitiendo “ahorrar la mayor cantidad de agua posible en pantanos y en embalses de comunidades”. Para ello se recurre a la mezcla de las aguas embalsadas con las que proceden de pozos con mayor nivel de salinidad, de forma que ese agua pueda ser utilizada en los regadíos. “Los regantes -asegura José Antonio Fernández- nos hemos convertido en gestores de las masas de agua a la fuerza, ante la inacción de las administraciones públicas”.
Aguantar el tipo
La alerta ya está sobre la mesa y los representantes de los regantes señalan que con esas medidas de ahorro y control podrán aguantar hasta el próximo mes, “pero a partir de ahí la situación irá a peor y llegará a ser gravísima, realmente dramática, para miles de agricultores almerienses”.
Y la cuestión es que miles de hectáreas de invernaderos dependen en gran medida de las existencias de recursos hídricos para salir adelante porque es en esta época cuando los cultivos incrementan la necesidad de riego y será en octubre cuando se precise el agua para plantaciones emblemáticas en el levante como la lechuga.
Según las previsiones de los regantes, de no llegar la temporada de lluvias desde septiembre u octubre, “tendremos que hablar de un drama para los cultivos de amplias zonas del levante almeriense, en las que no se podrán sembrar el cien por cien de las superficies dedicadas a ese tipo de cultivos”.
Fuente: La Voz de Almeria