El diferencial de precios entre origen y destino del brócoli se disparó hasta el 443% en noviembre, según recoge el último Índice de Precios entre Origen y Destino de los Alimentos (IPOD) elaborado mensualmente por la organización agraria COAG y las asociaciones de consumidores UCA-UCE y Ceaccu. De este modo, mientras el agricultor recibió, de media, 0,47 euros por cada kilo, el consumidor lo pagó en el lineal de su supermercado habitual a 2,55 euros.
Este no es, ni mucho menos, un caso aislado. El año pasado, ese diferencial superó en determinados momentos el 500% durante una campaña que el propio sector ha calificado de “catastrófica”. “No es justo que haya esas diferencias tan abismales entre el productor y el consumidor”, afirma en declaraciones a la revista MERCADOS Juan Manuel Ruiz, Sales Manager de KPE Spain, quien añade que la solución pasa por el “acercamiento entre el productor y el consumidor, eliminando eslabones intermedios”. O dicho de otro modo, “las grandes cadenas de distribución están ‘obligadas’ a entenderse directamente con los productores, respetando un margen mínimo de rentabilidad y, al mismo tiempo, permitiendo a los consumidores adquirir productos a precios razonables”.
Una campaña de incertidumbres
Tras un ejercicio que dejó en muchas empresas un “amargo sabor”, la nueva campaña llega llena de incertidumbres. Por un lado, los posibles efectos del Brexit en la comercialización de un producto que tiene en Reino Unido su principal consumidor y, por otro, los cambios climatológicos, que alteraron de forma sustancial los ciclos productivos en toda Europa durante el verano pasado. A esto hay que añadir la “ralentización del consumo”.
De momento, todo apunta a que la superficie de brócoli se mantendrá sin apenas variaciones esta campaña. La deslocalización de producciones, motivada sobre todo por la escasez de agua en el Sureste peninsular, se ha normalizado debido al “gran fiasco económico que supuso la experiencia de intentar producir en zonas que no ofrecen la seguridad y garantía necesarias”.
Esta “imprudencia de plantar sin orden ni concierto” fue, para Ruiz, una de las causas que propició el año pasado una campaña para olvidar e insiste en la importancia de realizar un “mínimo programa comercial”.
Creciendo
Pese a todo, en KPE Spain ven el futuro con optimismo y, de hecho, están ampliando de nuevo sus instalaciones. En total, la firma murciana prevé invertir en torno a 1,5 millones de euros en mejoras que le permitirán aumentar sus volúmenes y continuar diversificando su gama de productos.
Hace ya varios años que iniciaron la producción ecológica y esta campaña prevén duplicar los volúmenes en diferentes productos, aunque no es tarea fácil. “En las últimas semanas –segunda quincena de noviembre-, el clima ha destrozado las primeras plantaciones de brócoli por botrytis y/o alternaria”.