De “monstruo oculto” tachan en The Grocer la más que posible devaluación de la libra si, llegado el próximo 1 de enero de 2021, Reino Unido y la UE no han sido capaces de alcanzar un acuerdo comercial que evite el tan temido Brexit duro.
Si bien durante la semana pasada, como apunta la citada publicación, los mercados de divisas se mantuvieron estables, los expertos esperan que el precio de la moneda británica caiga entre un 5-10% en los próximos meses.
En este contexto, los proveedores de este mercado podrían verse obligados a soportar la mayor parte de los costes adicionales que implique esta devaluación, según David Sables, director ejecutivo de Sentinel Management Consultants, quien explica que se espera que estos gestionen la devaluación como cualquier otro coste variable (mano de obra, por ejemplo). “Los minoritas esperan que cualquier movimiento de la moneda sea absorbido por el proveedor”, insiste Sables, ya que, según los modelos contractuales vigentes, los aumentos de precios debidos a fluctuaciones de moneda deberían ser comunicados con hasta tres meses de antelación, algo a todas luces imposible.
Por otro lado, y en lo que respecta a los nuevos costes derivados de la salida de Reino Unido de la UE, como por ejemplo los posibles aranceles, deberían transferirse a los supermercados.
Según la información de The Grocer, si bien es habitual que las empresas se protejan frente a posibles fluctuaciones de la moneda, la incertidumbre actual como consecuencia de la crisis sanitaria y el temor a las interrupciones en el suministro debidas al Brexit están impidiendo que estas tomen precauciones.
Estas fluctuaciones de la libra afectarán, sobre todo, a los proveedores de productos frescos, como frutas y hortalizas, cuyo carácter perecedero impide su almacenamiento, quedando así más expuestos a la volatilidad de los precios. Para Nigel Jenney, director ejecutivo de Fresh Produce Consortium, esto supone una “seria preocupación”, ya que cualquier pequeño cambio “podría significar que alguien en la cadena de suministro no alcanzara el equilibrio”.
Aun así, todo esto es todavía difícil de predecir. Lo único claro es que “una devaluación permanente de la libra esterlina ejercería una presión al alza en los precios al consumidor”, que también se verán afectados por la imposición de tarifas arancelarias a partir del 1 de enero si no hay acuerdo comercial, y que Reino Unido ya ha cifrado en 3.000 millones de libras.
Consecuencias para el sector español
Según Rubén Cervera, gerente de Fruit Audit, la devaluación de la libra esterlina haría que el británico no resultara un mercado tan atractivo para los exportadores españoles, que, de hecho, podrían «bajar la calidad» de los productos destinados a este país, obligando a este mercado a buscar nuevos orígenes. Llegados a este punto, EE. UU. podría cobrar especial importancia como proveedor de Reino Unido y «fomentar aún más su agricultura».
Fuente: The Grocer