La fruta de temporada está sufriendo en estos tiempos de crisis del COVID-19. A la falta de consumo registrada en fresa y espárrago, se suman el níspero y la chirimoya. Las frutas que no se consideran de primera necesidad, están quedando fuera de la cesta de la compra de los españoles. Así nos lo confirma el presidente de la Denominación de Origen Chirimoya Costa Tropical,de Granada y Málaga Antonio Sánchez, quien declara que se encuentran en plena campaña de primavera, que representa el 20-25% del total de la producción de los nueve meses de campaña (desde septiembre). La temporada termina normalmente a finales de abril, primeros de mayo “y nos está afectando plenamente esta situación de Estado de Alarma”.
Desde el inicio del confinamiento, la demanda tanto de chirimoya como de níspero, que también se encuentra en plena campaña en la costa granadina tropical, ha caído hasta un 80%, viendo mermados su nivel de precios de forma proporcional. “Los precios que tenemos ahora en estas dos frutas no cubren costes, no sabemos qué hacer con ellas, pero las estamos recolectando”, manifiesta Sánchez.
Además, justo después comienza la temporada de polinización para la chirimoya, que se realiza de forma manual y requiere de una gran cantidad de mano de obra que en estos momentos no está disponible y “vamos a tener otro problema”. Sin contar la liquidez necesaria para llevar a cabo este proceso, una importante inversión difícil de afrontar dada la situación.
Ante esta complicada situación, unidas a otros sectores como el del espárrago en la provincia, Asaja Granada reclama a las distintas Administraciones, que se implanten planes de apoyo específicos como reducción de módulos del IRPF, reducción de los gastos sociales, así como la potenciación de otros canales alternativos de distribución o medidas de regulación de los mercados y de gestión de crisis.
La campaña de chirimoya había transcurrido con normalidad hasta la declaración del Estado de Alarma. Desde la DO, animan a consumir estos dos grandes productos, ricos en fibras, vitaminas y minerales para el organismo, y a apostar así por la fruta de temporada, de proximidad, de calidad y ahora con un precio competitivo.
La superficie de chirimoya en España alcanza las 3.000 hectáreas, situadas en su mayoría en la provincia de Granada y Málaga, de una fruta que se comercializa en un 80% a nivel nacional.