La climatología pone en jaque la campaña de melón en Almería
La calima y las lluvias han mercado los volúmenes hasta un 40%, así como los rendimientos y calidad de los frutos.
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La calima durante la fase inicial del cultivo y, posteriormente, las lluvias han marcado el inicio de la nueva campaña de melón y sandía en Almería, que este año ha comenzado con cierto retraso. El polvo en suspensión llegado de África afectó a la actividad de los polinizadores, causando problemas de cuajado y, por lo tanto, mermando las producciones que, solo en el caso de la sandía, Asaja Almería cifró en un 40%.
En lo que respecta al melón, “el volumen puede ser entre un 30-40% menor en los cultivos más tempranos”, afirma por su parte Víctor García, Portfolio Manager de Cucurbitáceas de Syngenta. Además, “a los frutos tempranos les está costando hacer calibre”, añade.
Genci Armero, Sales Manager Melon & Watermelon de Enza Zaden, apunta, asimismo, que “la calidad no está siendo la idónea”.
Y todo ello en una campaña marcada por la climatología y en la que las previsiones iniciales eran bastante positivas. La menor superficie de ambos cultivos, unida a la presencia también más reducida de producto de contraestación en los mercados auguraba un buen inicio para la temporada española. “Cuando llegara la cosecha de Almería, lo haría a un mercado con menos producto disponible”, detalla García.
Sin embargo, la situación es hoy diferente. Si bien es cierto que los precios son mucho más altos que hace un año -un 55% más en el caso de la sandía-, también lo es que los costes de producción se han disparado por encima del 30%, de modo que “compensar el menor volumen con un mayor precio puede ser complicado”, comenta García.
El segundo gran problema puede llegar en unas semanas, cuando la campaña de Almería empiece a llegar a su fin y en Murcia sigan sin tener producción. “Las lluvias provocaron que hubiera que replantar en torno al 80% de los cultivos”, comenta Genci Armero, quien dice que, incluso día de hoy, se sigue trasplantando en la zona.
Esta situación puede provocar, por un lado, un hueco en el mercado difícil de cubrir y, por otro, un más que probable solapamiento de las producciones murcianas con las manchegas.