Así desprende del último informe del Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) de los alimentos, que realiza la organización agraria COAG y que ha difundido este martes.
Según estos datos, el IPOD general se quedó en agosto en 3,83, lo que significa que el precio de los alimentos desde el origen al destino se multiplicó ese número de veces, con una diferencia notable entre los productos agrarios y los ganaderos.
Entre los alimentos con menos diferencia, los huevos -cuyo precio entre la granja y el súper se elevó un 33 %– y el del aceite de oliva virgen extra, que a lo largo de la cadena alimentaria sólo incrementó un 47 %.
La leche de vaca, otro de los productos básicos de la cesta alimentaria, se pagó en origen a 0,42 euros el litro mientras que el consumidor la compró a 0,83 euros, lo que representa un incremento del 98 %.
Además, los agricultores recibieron en agosto un precio de 0,34 euros por cada kilo de patata que, al llegar al consumidor, se vendió a 1,57 euros, esto es, un 362 % más.
Frutas como la sandía, cuyo elevado precio llegó incluso a la tribuna del Congreso de los Diputados al inicio de la campaña, se vendió de media en agosto a 1,49 euros el kilo en los canales de distribución, un tarifa un 224 % más alta que los 0,46 euros que se pagó a los productores.
No obstante, fue la ciruela la que tuvo una diferencia más alta, del 541 % en esta sección.
Y en el caso de las carnes, ternera y cordero son las que más se encarecen a lo largo de la cadena alimentaria, un 280 % y un 272 % respectivamente.
Fuente: Efeagro