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Crisis del Coronavirus

La certificación de buenas prácticas contra el COVID-19 ya está disponible

AENOR ha desarrollado una metodología para garantizar que se están desarrollando prácticas eficaces para la gestión de los riesgos derivados del COVID-19. Caparrós Nature ha sido la primera empresa hortofrutícola en obtenerla. Sergio González, coordinador MK Sectorial y de Producto en AENOR, nos facilita los detalles de este certificado.

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¿Qué supone este certificado para la empresa?

Supone el respaldo ante sus usuarios, empleados y clientes de que los protocolos que han creado implican prácticas eficaces para la gestión de los riesgos derivados del COVID-19. AENOR ha desarrollado una metodología basada en las recomendaciones de organismos nacionales e internacionales, con un completo registro de campos como salud y seguridad laboral, limpieza, formación, gestión de residuos y riesgos específicos de las organizaciones, que se alinea con la revisión de sus planes de contingencia y continuidad de negocio. AENOR ha aplicado su profundo y reconocido conocimiento en la aplicación de estándares, con una aproximación seria y realista lejos de promesas imposibles como “COVID Free” y acreditando que las empresas cumplen con rigor su diligencia debida. De lo que se trata es de asegurar que se están definiendo todos los procesos adecuados a la instalación y sector de actividad, al tiempo que se están empleando las tecnologías probadas y disponibles para minimizar el riesgo de contagio. Esta certificación impulsa la confianza entre todos los colectivos; un aspecto clave para la recuperación económica y social de los efectos de la crisis del coronavirus. Las instalaciones y servicios que se sometan a la auditoría de AENOR, por un lado, tendrán la seguridad de estar aplicando protocolos adecuados y, por otro, demostrarán ante clientes, empleados y público en general su compromiso para evitar la propagación del COVID-19.

¿Qué garantías ofrece a sus clientes con este certificado?

Auditamos los protocolos de cada organización contra una metodología desarrollada propia; y lo hacemos así, porque cada sector y organización puede tener unas necesidades específicas. En la metodología se ha tenido en cuenta una amplia batería de guías frente a la COVID-19 nacionales e internacionales, tanto sectoriales como horizontales, que aportan profundidad y detalle a la labor del equipo auditor. Sí puede garantizarse que se ponen todos los medios para evitarlo y se despliega la diligencia debida en función del estado del arte en cada materia y sector de actividad. Esa es la vía en la que siempre ha apoyado AENOR a las organizaciones en su esfuerzo por ser mejores.

¿Es una demanda real de los clientes agroalimentarios?

Esta es la certificación que en un espacio menor de tiempo ha tenido una demanda más potente en toda la historia de AENOR. Desde el día en que la comunicamos, han sido miles las empresas que se han interesado en ella. En cuanto a los sectores, hay presencia de absolutamente todos los sectores productivos. Aunque son más numerosas las empresas de sectores como la alimentación, la movilidad, el sector sanitario, la distribución o los centros comerciales. Como empresa internacional que somos sí que estamos experimentando demanda de esta certificación en la mayoría de países en los que operamos, lo cual refleja que hay un interés general.

¿Qué requisitos deben cumplir para ofrecer garantías? ¿Supone un gran sobrecoste para ellos las medidas a adoptar para obtener el certificado?

Nosotros consideramos que un compromiso serio contra el COVID-19 -que de verdad ofrezca confianza sobre una base sólida a clientes y empleados- va mucho más allá de cuestiones de limpieza o del establecimiento de barreras físicas. Éstas son tremendamente importantes, pero para que unos protocolos sean eficaces a largo plazo es necesario un abordaje integral. Son 11 los campos que contempla, empezando por la gestión de los riesgos específicos de cada organización y la aplicación de protocolos alineados con los mismos. Asimismo, se auditan acciones respecto a la gestión de la salud laboral, buenas prácticas de limpieza, lavado de la ropa, correcto uso de productos químicos, el transporte de los empleados, buenas prácticas de higiene del personal y uso de EPI (Equipos de Protección Individual). Igualmente, se examinan la formación e información hacia los trabajadores y la comunicación con las partes interesadas; así como la gestión de los residuos y medidas organizativas para minimizar riesgos.

Adicionalmente, AENOR ofrece la posibilidad de realizar análisis de laboratorio para verificar la limpieza y desinfección de superficies tanto para COVID-19 como para otros microorganismos como aerobios y enterobacterias. En conjunto, es necesaria una evaluación comprensiva de los riesgos por la organización, coherente con la continuidad del negocio.

¿Cree que en un futuro cercano será un requisito a cumplir para poder comercializar?

Es muy probable y posible que así sea con el fin de dar garantías de seguridad acreditando el cumplimiento de protocolos de bioseguridad, por ejemplo.

 

 

“Es la certificación que en un espacio menor de tiempo ha tenido una demanda más potente en toda la historia de AENOR”

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