Cultivar hacia un sistema de agricultura sostenible es un imperativo de cara al futuro. Ahora está en cada uno elegir qué modelo de cultivo. Ecológico, residuo 0…, y en lo más vanguardista, encontramos la agricultura regenerativa, sobre la que la revista Mercados centró su mesa redonda celebrada la pasada edición de Fruit Attraction. “La Agricultura Regenerativa, impulsando la sostenibilidad’ fue el título del evento, con el patrocino del Grupo Uniq, y que contó con la participación de Juan José Moreno Delgado, manager de Alimentación, Consumo y Distribución de AENOR; Francisco Javier del Águila Capel, CEO de Epigen Healthy Bite; Juan Francisco Báñez Álvarez, director general de la cooperativa de berries Moguer Cuna de Platero SCA, y Pablo García, técnico agrícola de Biosabor.
Se trata de una nueva metodología de producción de alimentos basada en la regeneración del microbioma y que surge por la necesidad de producir de forma distinta para ayudar al productor que está dando y seguirá dando en un futuro mucho que hablar.
¿Por qué surge?
La idea nace de la necesidad de implantar sistemas más sostenibles ante la demanda de mercado, y con este modelo de agricultura se da un paso más allá. El objetivo de la empresa Epigen, uno de los pioneros de este proyecto de agricultura regenerativa, no es sólo reducir la producción de residuos, sino también buscar el equilibrio del ecosistema, empezando por el suelo, “que es un ente vivo”, explicó Francisco Javier del Águila Capel, CEO de Epigen Healthy Bite.
¿Qué beneficios aporta?
Este mimo que se le otorga al suelo contribuye a obtener un fruto de mejor calidad y propiedades nutricionales. “Hay que hacer el símil con una persona, si se cuida y alimenta bien, tiene más energía y salud; sucede lo mismo en las plantas”, comentó del Águila. “Es una cadena y hay que entender el funcionamiento de ese circuito para apostar por este modelo de cultivo”, añadió. Además, los resultados científicos no solo evidencian plantas y frutos más sanos, sino que también reflejan una mayor productividad del suelo, lo que desmonta las creencias popularizadas de que un sistema sostenible disminuye el potencial de rendimiento de las plantas.
¿Era precisa una certificación?
Sí, porque estandarizar el sistema de cultivo es fundamental para que los productores puedan obtener resultados directos y demostrables y para que los clientes y, en definitiva, el consumidor final, cuenten con una garantía, detalló en su exposición Juan José Moreno Delgado, manager de Alimentación, Consumo y Distribución de AENOR. Para ello, AENOR y Epigen han trabajado de la mano junto con empresas productoras que les han ayudado a obtener los datos necesarios para desarrollar un modelo estándar ante diferentes cultivos y condiciones. “Nuestro objetivo es que este estándar fuera funcional, a su vez, para los agricultores, sin convertirse en una auditoría tediosa”, apostilló Moreno.
¿Es caro implementarla?
Juan Francisco Báñez Álvarez, director general de la cooperativa onubense de frutos rojos Moguer Cuna de Platero SCA, afirmó que no era un sistema excesivamente caro de implementar en el campo. El reto ahora está, como señaló Báñez, en que los productos obtenidos de ese tipo de agricultura “obtengan un valor añadido en el mercado para poder rentabilizar mejor el modelo de cultivo”.
¿Cómo comenzar en agricultura regenerativa?
AENOR señaló que su certificación ofrece una auto-guía con ensayos de laboratorio rutinarios para corroborar que se está trabajando en el camino adecuado y que es importante dejarse asesorar en todo el proceso. “Si se quiere, se puede”, manifestó Juan Báñez, en el sentido de que aplicar buenas prácticas durante seis meses es el punto base del que partir y eso no es difícil, es cuestión de mentalizarse.
Situación actual
En el caso de los productores que participaron en la mesa redonda, Cuna de Platero y Biosabor, ambos están iniciándose y llevan pocas hectáreas certificadas, pero su objetivo es seguir creciendo. En Cuna de Platero ya tienen implementado este modelo de cultivo en fresas y en arándano, fruta que ha mostrado un desarrollo más sencillo, donde cuentan con cuatro hectáreas y tienen previsto hacerlo también en frambuesa en esta campaña. En Biosabor, por su parte, cuentan ya con siete hectáreas en sus cultivos de tomate de invernadero con alto nivel tecnológico y la idea es hacer 28 ha.
Perspectivas de futuro
“Es un movimiento global y claramente está llamado a ir a más”, manifestó Juan Báñez al respecto. Pablo García, técnico agrícola de Biosabor, explicó que este sistema mejora la retención de agua, entre otras ventajas, y, “siendo un recurso tan limitado, tenemos claro que será un modelo de futuro”. Hay muchas bondades, pero sobre todo, “que el producto final tendrá un gran valor”.
Francisco J. del Águila
“Hay que destacar que con este modelo de cultivo se alcanza una mayor productividad, al contrario de lo que se puede pensar”
Juan José Moreno
“Con esta certificación buscamos armonizar, sistematizar y crear un estándar que fuera funcional para el agricultor y que respondiera a la sensibilidad de un modelo sostenible”
Juan F. BÁÑEZ
“Como cooperativa agrícola, queremos estar a la vanguardia para ofrecer productos más sanos y saludables”
PABLO GARCÍA
“La microbiología del suelo se potencia y genera compuestos que se transmiten a la planta ofreciendo frutos con mayor valor nutricional”