El inicio de la campaña de brócoli se ve en esta ocasión favorecido por la reducción de la producción en Italia, país donde a su vez ha aumentado el consumo interno, lanzando una menor oferta a Europa y favoreciendo así el desarrollo de la campaña española. “Lo que es malo para una zona, es bueno para otra”, apunta Juan Marín cunado lo entrevistamos a inicios de octubre.
De esta forma, las previsiones para la temporada española son positivas, tanto en brócoli como en coliflor, con un volumen estable y alta calidad de producto esperado. Un dato positivo teniendo en cuenta que esta primera fase puede marcar un buen desarrollo en la segunda, al contrario de lo que sucedió el año anterior.
En este sentido, pese al factor limitante del agua, escasa y cara, los productores del sector han diversificado en diferentes zonas y tendrán disponibilidad suficiente para sacar la campaña adelante. “Estamos preparados para dar servicio, suministro y calidad de producto”, afirma Marín.
MANO DE OBRA
Otro factor limitante es la falta de mano de obra en campo, como apunta Marín: “Hemos de solicitar a las administraciones que nos dejen hacer contrataciones en origen de 5 a 6 meses para cubrir las campañas”. De momento, el sector trabaja en llegar a acuerdos con las cadenas de distribución para unificar formatos con el fin de reducir esta necesidad de personal en los diferentes procesos de envasado.
“Muchas cadenas europeas ya han aceptado comercializar cabezas de brócoli de 350 a 650 gramos y no ceñirse a las pellas solo de 500 gramos, permitiendo aprovechar más volumen de producto y no ser tan selectivo en las tareas de recolección con la menor necesidad de personal que conlleva”, explica.