Las frutas y hortalizas son productos de alto valor añadido, con una demanda mundial que crece por encima de la agroalimentaria, ligada a la mejora del poder adquisitivo de los consumidores y a las macrotendencias alimentarias y de salud. Las exigencias de frescura y calidad marcan la frecuencia de visitas de los consumidores a los puntos de venta, lo que las hace importantes para la distribución como factor de atracción y diferenciación.
Las cadenas de valor de producción, transformación y comercialización de frutas y hortalizas mantienen una tendencia clara hacia la integración desde el campo a los mercados. Se trata de cadenas de valor donde no se puede separar entre la producción primaria y la posterior transformación y comercialización, como sí se hace en otro tipo de productos agroalimentarios almacenables y de calidad más estandarizada.
Para lograr una integración efectiva, es fundamental la digitalización de todos los procesos de esta cadena, persiguiendo mejoras de eficiencia, sincronización y alineamiento de la oferta y demanda. Para ello, la digitalización se va a abordar no como la suma de herramientas diferentes, sino como un proceso con visión de integración de cadena de valor, donde el dato debe nacer digital y viajar digitalmente entre agricultores, agrónomos, empresas/cooperativas en origen, logística, distribuidores y llegar hasta el consumidor, con soluciones verticales y socios tecnológicos enfocados en frutas y hortalizas. Datos procedentes de sensores, automatismos, maquinaria, apps móviles, imágenes de satélite, datos abiertos o introducción directa de datos en soluciones de gestión. A partir de ahí, tendremos un crecimiento exponencial en el uso de la analítica Big Data, IA o automatización de procesos.
Como resultado, el sector hortofrutícola logrará un uso más eficiente de sus recursos (agua, fertilizantes, energía, agroquímicos, personal, maquinaria, logística, envases, etc.), reducirá la pérdida alimentaria a lo largo de la cadena, con un menor impacto ambiental, mejora de la trazabilidad y seguridad alimentaria, así como cadenas de valor con más rentabilidad económica. Todo ello incrementando la frescura, calidad, suministro, seguridad alimentaria, calendarios o transparencia sobre el origen de los productos.
La digitalización agrícola en España dará un paso definitivo con la puesta en marcha del Sistema de Información de Explotaciones Agrícolas y Ganaderas (SIEX), una de las novedades de la reforma de la Política Agraria Común (PAC), creando un registro interconectado de datos sobre las explotaciones agrarias. Estas necesitarán implantar el control digital de tareas e insumos en campo, conectado con el SIEX, que mejorará la trazabilidad de alimentos, asegurando el cumplimiento normativo y simplificando la relación de los agricultores con la Administración.
A lo largo de esta década, habrá además importantes avances en tecnologías de gran impacto en el sector de frutas y hortalizas, como la genética, nutrientes, sanidad vegetal, maquinaria, robótica, riego, envases/embalajes, logística y energía. Y con tecnología horizontal y con fuerte capacidad de integración y transformación del sector, la digitalización tendrá un papel clave en su evolución. Se trata de capturar datos en todos los procesos de la cadena, para ser compartidos en tiempo real, analizarlos y proporcionar un soporte a la toma de mejores decisiones. Haciendo una gestión más digital y analítica, basada en datos y en su análisis, y logrando un vínculo digital que permita compartir todo tipo de datos desde el campo hasta el consumo.
El proceso de transformación digital de frutas y hortalizas debe ser abordado cuanto antes, pues es un camino inequívoco a futuro y se requiere ir logrando niveles de madurez creciente para obtener todos sus beneficios potenciales. En dicha transformación, los profesionales del sector son claves y debemos profundizar en la formación y el cambio cultural.