El sector hortofrutícola español viene demostrando a lo largo de estos últimos años una gran fortaleza y responsabilidad, aun sufriendo los vaivenes de precios y, en ocasiones, la escasa o nula rentabilidad, y a veces, como en 2020 y este inicio de 2021, sufre el impacto de factores externos como el COVID-19 el año pasado y Filomena en la segunda semana de este año. Pese a ello mantuvo su entereza y garantizó el abastecimiento.
Desde SQM Iberian, reconocemos y elogiamos el gran esfuerzo realizado por parte de los agricultores y del sector en general; por eso, hemos seguido apoyando a nuestros clientes y socios en estos duros momentos, para intentar facilitarles su labor, garantizándoles el suministro fiable de fertilizantes pese a las complicaciones logísticas o de personal por las restricciones.
No obstante, que nadie se lleve a engaño, las altas cotizaciones de principios de enero nada tienen que ver con una recuperación del sector (¡ojalá!), sino con algo tan simple (o complicado, según se mire), como la ley de la oferta y la demanda: la escasez de producto ha hecho subir los precios.
El sector se enfrenta, por tanto, a un problema endémico, como es su falta de rentabilidad, y que ahora se ve agravado por dos pandemias; sí, son dos, el virus y el cambio climático, y debemos resolver las dos, ya que, si queremos sobrevivir, también debemos cuidar el planeta.
En plena crisis sanitaria, la fidelización de los clientes cobra especial relevancia. La confianza de ambas partes y su consideración como socios, es lo que ha permitido a SQM-Iberian mantener una posición de liderazgo en 2020, cumpliendo todos nuestros objetivos a nivel corporativo, esto seguirá siendo clave en el futuro.
Ahora nos toca luchar contra la segunda pandemia, el cambio climático, que nos exige tomar medidas de forma inmediata para evitar que sea irreversible. La crisis del COVID-19 se resolverá, pero el cambio climático es una realidad desde hace mucho tiempo, frente a la pasividad de muchos. El mundo debe reorientar el rumbo y la agricultura intensiva de frutas y hortalizas tiene que convertirse en el espejo en el que otros sectores se miren por su eficiente uso de los recursos disponibles.
En SQM estamos inmersos en un proceso de transformación que va a suponer una inversión de 200 millones de dólares, y cuyo objetivo es alcanzar una sostenibilidad integral que refuerce nuestro compromiso con el medio ambiente y la economía circular. Este proceso se sustenta sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, y una primera muestra de ese compromiso es que somos el primer fabricante mundial de nitrato potásico con la menor huella de carbono, ya que nuestro proceso productivo libera menos emisiones de CO2, debido a la calidad de nuestras materias primas y nuestro proceso de obtención único en el mundo.
Dado nuestro compromiso con el medio ambiente, hace dos años ingresamos en la asociación AEVAE, para contribuir con la gestión y retirada de envases plásticos en el sector agrícola. También trabajamos constantemente en el desarrollo de nuestro catálogo ecológico, cada día más amplio.
Ser sostenibles es costoso, y las empresas deben ser muy conscientes de ello. Pero también tienen que recordar que no podemos ir contra el planeta, puesto que no hay alternativa, y ser sostenibles no es una cuestión del hoy, sino una condición sine qua non para poder hablar del futuro.
Todo esto traerá consigo un cambio en la producción de frutas y hortalizas, que serán más costosas; en esta línea, desde SQM continuaremos trabajando para reducir al máximo nuestros costes, gracias a la optimización y automatización de procesos en la fabricación de soluciones nutricionales para la agricultura, con la ampliación de nuestro catálogo en base a materias primas propias de la máxima calidad, y el servicio.
En definitiva, tenemos que ser capaces de seguir adaptándonos a las necesidades del mercado y satisfacer las demandas de nuestros clientes. Debemos mirar al frente y con perspectiva. En el largo plazo, los resultados serán buenos.