La sesión del Comité Permanente de Plantas, Animales, Alimentos y Piensos (SCoPAFF) del próximo viernes, 20 de mayo, debería respaldar la modificación del reglamento europeo para comenzar a aplicar el cold treatment a las naranjas importadas procedentes de países que sufren ‘Falsa polilla’. Tras haber superado el periodo de exposición pública tanto en la UE como en la Organización Mundial de Comercio (OMC), la medida debería ser ratificada ahora para su inmediata publicación en el DOUE y entrada en vigor. Sólo así se cumpliría con el compromiso transmitido por la propia comisaria de Sanidad y Seguridad Alimentaria, Stella Kyriakides, quien avanzó por escrito que éste comenzaría a implementarse “antes del comienzo de la nueva temporada comercial” (de importación del hemisferio sur, se entiende).
Y lo cierto es que, si no se ha producido alguna llegada ya, se sabe que hay buques cargados con naranjas en Sudáfrica que partirán a Europa en sólo días. De retrasarse aún más la medida, la propia Comisión podría incurrir en responsabilidades porque, de hecho y a petición suya, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ya alertó en un dictamen el pasado verano del alto riesgo de que la plaga pueda instalarse en el territorio de la UE y recomendó por ello aplicar este tratamiento.
Intercitrus, dadas las maniobras de las últimas semanas del lobby citrícola sudafricano en Bruselas, insta a la Comisión a imponer su criterio y a hacer valer los estudios científicos de la EFSA y los requerimientos de la propia normativa europea, que exige en este caso “ausencia total de plaga” en las importaciones. Y sólo el tratamiento de frío puede asegurar tal cosa al 99,9968% (según la propia EFSA). Acogiéndose a tales argumentos y al propio posiciona-miento mostrado por el SCoPAFF el 1 de febrero, el ejecutivo comunitario debería proponer y aprobar la implementación del tratamiento de frío. “Si, pese a todo ello, la Comisión se deja llevar y no actúa el día 20, como sería su obligación y responsabilidad, el cold treatment debería ser defendido en un ejercicio de responsabilidad política que podría liderar el ministro español, Luis Planas –junto a sus aliados con producción citrícola Francia, Italia, Portugal y Grecia- en el marco del Consejo de Ministros de Agricultura de la UE que se celebrará días después, el 24 de mayo”, señala a este respecto la presidenta de la interprofesional citrícola, Inmaculada Sanfeliu. “El ministerio ha trabajado técnica y políticamente muy bien esta medida y es muy consciente del riesgo fitosanitario existente por lo que tal propuesta sería coherente con todo ese esfuerzo realizado”, matiza la presidenta de Intercitrus.
La situación generada por la entrada de plagas foráneas es ya, a día de hoy y a juicio de Intercitrus, “in-sostenible”. Desde principios de siglo se han detectado en la citricultura de nuestro país hasta 17 patógenos no presentes en Europa. Insectos y bacterias que –como el ‘Cotonet de Sudáfrica’ o la Xylella fastidiosa, respectivamente- han provocado que el presupuesto público del Gobierno valenciano para combatir estas plagas se haya tenido que triplicar en sólo tres años: de 6,2 millones de euros en 2018 a 18,4 millones en 2021. Ese incremento de los costes se multiplica varias veces en el caso de los citricultores y los operadores pues no en vano los pocos tratamientos permitidos y sistemas de lucha biológica disponibles son especialmente caros y poco eficientes, lo que dispararía la factura del productor por tal motivo pero también por pérdidas masivas de producción no comercializable e incremento de destríos. “La Xylella está obligando a realizar miles de pruebas, a arrancar miles de plantas en Alicante o Mallorca, a financiar un costoso plan de erradicación y sigue amenazando las plantaciones citrícolas próximas; el ‘Cotonet de Sudáfrica’ está descontrolado y ya se ha expandido a otras regiones como Murcia y Andalucía. Todos los expertos en esta materia saben que, cuando entra una nueva plaga, jamás se erradica en su totalidad”, señala Sanfeliu. Dada la gra-vedad de la ‘Falsa polilla’ “no podemos permitirnos el lujo de volver a cometer los mismos errores del pasado”, concluye.
La interprofesional viene advirtiendo en los últimos meses de que “Europa está a las puertas de sufrir una seria emergencia fitosanitaria”. Así lo describe un ‘position paper’ distribuido por la interprofesional entre eurodiputados y altos funcionarios de la Comisión, El caso de la ‘Falsa polilla’ es uno de los que más preocupan pero hay más y todos son graves plagas y enfermedades vegetales cuyo combate también es considerado como “prioritario” por la UE: la ‘Mancha negra’ –cuyos controles han sido reforzados este año- fue detectada en 2019 en Túnez, lo que confirmó que se puede adaptar al clima mediterráneo, contradiciendo así la tesis que Sudáfrica venía sosteniendo desde hace décadas; los dos vectores de la enfermedad más devastadora de los cítricos –el HLB- ya se encuentran en el Mediterráneo (la Trioza erytreae se localizó en 2021 en la zona citrícola del Algarve portugués y la Diaphorina citri se identificó también ese año en Israel) y la ‘Mosca oriental de la fruta’ (Bactrocera dorsalis) ya ha sido detectada varias veces en Europa, la última de ellas el pasado verano en una plantación citrícola del litoral sureste de Francia.