Los representantes de la interprofesional han informado sobre la “mala” marcha de la campaña citrícola, muy afectada por la presencia en Europa de cítricos de Sudáfrica y de Egipto así como por otros tantos problemas coyunturales y estructurales del propio sector. Ante tales circunstancias han reclamado a la Comisión un estudio de impacto de los acuerdos comerciales firmados con estos países terceros, un análisis previo para el que pronto se rubricará con Mercosur así como reciprocidad en las condiciones de las importaciones.
Junto a ello, han puesto el acento sobre la amenaza inmediata que suponen dos graves plagas foráneas –la ‘mancha negra’ (CBS) y la ‘falsa polilla’ (Thaumatotibia lecotreta) y el Citrus greening (HLB, cuyo insecto vector ya se encuentra en Portugal y Galicia) que son de cuarentena para la UE y que son halladas muchas veces en los controles portuarios europeos a partidas importadas, por lo que se ha exigido medidas “extraordinarias y de urgencia” para evitar su introducción a las zonas citrícolas mediterráneas.
El encuentro ha servido para avanzar en cuanto a la documentación requerida para que, al finalizar la próxima campaña de contraestación, se pueda elaborar un informe con datos de las cuatro últimas temporadas para, en su caso, analizar la posibilidad de activar la cláusula de salvaguarda del acuerdo con la Comunidad de Estados de África del Sur. De igual manera, se ha hecho mención a la necesidad de que el Ejecutivo europeo redoble las garantías para hacer cumplir ésos principios de reciprocidad que, sobre el papel, vienen recogidos en tales tratados con países no comunitarios como la propia Sudáfrica, Egipto o Turquía o en otros futuros, como el que próximamente se acordará con Mercosur, que la CE está negociando sin transparencia y que podrían conllevar nuevas concesiones arancelarias en favor del zumo de naranja de Brasil.
“Las naranjas o mandarinas o el zumo proce-dente de países terceros deben cumplir con las mismas exigencias que se han establecido para los productos comunitarios porque sólo así se podrá extender el modelo europeo de producción y particularmente sus exigencias en materia de protección de la salud de los consumidores y del medioambiente”, ha advertido el presidente de Intercitrus, Manuel Arrufat.