Imanol Almudí, Agroponiente: «Almería es un modelo de sostenibilidad económica»
Imanol Almudí, CEO de Grupo Agroponiente.
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A la hora de hablar de ‘sostenibilidad económica’ en un sector como el nuestro, es importante tener en cuenta algunos aspectos diferenciales y singulares. Para empezar, estamos hablando de un sector cuyo objeto es la producción de bienes de consumo absolutamente indispensables y difícilmente sustituibles. Ello supone, por un lado, una posición de fuerza ante posibles crisis económicas, en las que el mercado prescinde de los bienes más superfluos, pero fortalece el consumo de los más necesarios, pero también un incremento creciente de la competencia.
La agricultura española y almeriense, esta última en cuanto a hortalizas se refiere, se ha instalado hace años en una posición de liderazgo basada en sus características climáticas y geográficas. Sin embargo, aunque en principio parezca complejo, estos dos ámbitos son o pueden ser cambiantes, puesto que es evidente que el clima está transformándose y la manera de sortear las distancias geográficas también.
Así pues, Almería ha dominado durante años, y sigue dominando, la comercialización hortofrutícola en los meses de mayor frío en Europa, debido a que el coste de producción en climas fríos, es decir, en países del Norte, es mucho mayor y el coste de transporte desde países del Sur, es decir, Norte de África, también es superior.
«Creo que mientras seamos nosotros los que innovemos y otros los que copien, el futuro seguirá siendo esperanzador»
Sin embargo, esos meses de dominio cada vez son menos, puesto que cada año observamos cómo el invierno más duro tarda más en llegar y se marcha más temprano. Al mismo tiempo, por el Sur, el Norte de África ha aumentado sus superficies productivas de manera muy importante, también en las últimas décadas.
El panorama no parece idóneo para lograr la rentabilidad, la sostenibilidad económica. Y, sin embargo, año tras año observamos cómo Almería sigue ocupando un papel preponderante en la producción de hortalizas durante el invierno y de absoluto liderazgo en determinados productos. Y todo ello a pesar de que las exigencias de calidad, control, adaptación a las demandas de cada cliente y rigor en la relación comercial, son cada año mayores.
¿Cuál es el secreto? ¿Dónde reside la explicación? Sinceramente, creo que no la hay, que no se trata ni de secreto ni de misterio, sino de una realidad incontrovertible durante los últimos 50 años: Almería se ha instalado en un modelo; en un modelo cambiante, que se recicla e innova continuamente, que se ha dotado de mecanismos y herramientas para auto-evaluarse y mejorarse a sí mismo de manera constante.
Cada año, desde la tierra almeriense emanan novedades en todos los segmentos del proceso productivo y también comercial del mundo de las hortalizas; cada año los invernaderos son más tecnológicos y, por tanto, más productivos; los insumos que se utilizan en las fincas están más desarrollados; las relaciones con el mercado e incluso con el cliente final son más sólidas; y, en general, las empresas avanzan de una manera más firme en innovación y desarrollo.
Todos esos elementos contribuyen de manera decisiva para alcanzar una sostenibilidad económica que otros también ansían, porque uno de los elementos del modelo es que, al ser eficiente, hace que otros lo sigan de cerca y copien sus elementos más destacados. Sinceramente, creo que mientras seamos nosotros los que innovemos y otros los que copien, el futuro seguirá siendo esperanzador.