El pasado viernes, 3 de junio, Greenyard Fresh Spain retomó sus Jornadas Técnicas presenciales, dirigidas a equipos técnicos de proveedores, en Valencia; esta vez de la mano de su partner Quality & Adviser y de la Universidad Politécnica de Valencia, con el objetivo de seguir formando y trabajando en el área de las producciones sostenibles y aumento de la biodiversidad con sus proveedores.
En una sociedad cada día más preocupada por el medio ambiente, el menor uso posible de fitosanitarios en agricultura y por el desarrollo sostenible en general, Greenyard Fresh Spain se implica directamente en las necesidades de los consumidores y, continuamente, busca caminos con la producción para suministrar productos de calidad con nuevos estándares específicos adecuados a los requisitos demandados por el consumidor (productos sanos, producciones compatibles con el desarrollo sostenible y bajo una total ética social).
En un nuevo paso en este camino, la compañía adquiere el compromiso de transferir información a la producción e implicar a sus proveedores en nuevos avances en el marco de una agricultura sostenible dentro del Programa Biodiversity Grow.
Se trata de un programa metodológico teórico-práctico, desarrollado y certificado en colaboración entre Quality & Adviser, S.L. y la Universidad Politécnica de Valencia (con contrato público), por el que se aplican herramientas que permiten al agricultor de cualquier tipo de cultivo avanzar en el proceso de mejora continua de la sostenibilidad y la biodiversidad funcional del mismo, así como en la reducción progresiva del uso de pesticidas. En la fase de manipulado en almacén se siguen los mismos principios.
Con este programa, existe un compromiso voluntario de los agricultores y almacenes de confección de cara a una agricultura sostenible para cultivar y ofrecer un producto sano/natural y poder reducir los efectos del cambio climático.
Biodiversity Grow consta de una planificación de trabajo activo, medible y de mejora continua. El equipo de BioD participa con sus consejos en las decisiones que hay que tomar cuando aparece una determinada plaga o enfermedad, evalúa los productos que se deciden usar, buscando siempre el menor impacto al medio ambiente, así como el aprovechamiento de la fauna útil, aplicando tratamientos fitosanitarios cuando no haya otra alternativa y con el menor impacto posible.
Otros temas como el uso de agua, abonados o emisiones son evaluados siempre con una perspectiva práctica.
La metodología empleada está basada en la medición de 7 puntos, con el objetivo de realizar un primer diagnóstico a partir del cual se harán unas recomendaciones de mejora:
1. Establecer el contexto ambiental.
2. Conocer la flora autóctona de la finca y sus zonas limítrofes.
3. Revisar el manejo y las prácticas agronómicas.
4. Identificar las infraestructuras ecológicas.
5. Observar manejo del suelo.
6. Evaluación de la diversidad de fauna beneficiosa.
7. Desarrollo de un plan de tratamientos contra plagas no controladas.
Con todo esto, se busca una mejora continua en la agricultura, a través de seguimientos de nivel, para lograr un cultivo y su manipulación sostenible.
De este modo, el Programa Biodiversity Grow quiere apostar por un producto con propósito, cultivado de forma natural, fomentando la biodiversidad y en la línea de lucha contra el cambio climático. Por ello, aboga por un cambio de modelo productivo que vele por el desarrollo sostenible y los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 (para las personas y el planeta), prestando especial atención al Objetivo 15: Vida de Ecosistemas Terrestres, que busca, según la ONU, “promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y frenar la pérdida de la diversidad biológica”. Además de este Objetivo, también se aplican el 3 (Salud y Bienestar), 12 (Producción y Consumo Responsables) y 13 (Acción por el Clima).