La Indicación Xeográfica Protexida (IXP) Pataca de Galicia, que está a punto de cumplir 30 años como órgano rector del mejor tubérculo gallego, se dispone a vivir una auténtica revolución. Está previsto que en unos pocos meses la Comisión Europea autorice el cambio estatutario que permitirá incluir dos nuevas variedades, la fina de Carballo y la agria, y que extienda a todo el territorio de Galicia -y no a las cuatro subzonas amparadas actuales- la superficie donde se puede producir tubérculo con sello de calidad europeo.
«Va a suponer una revolución para la Indicación Xeográfica Protexida. Si la autorización de Bruselas llega antes de la recolección ya podremos incluir las nuevas variedades en la campaña 2018-2019. Supondrán incrementar notablemente la producción, y dar un salto enorme hacia adelante», asegura Guillermo Budiño, presidente del Consello Regulador.
Esta ampliación acarreará duplicar la producción reconocida, con más de 20 millones de kilos de media anual. En la actualidad, la kennebec es la única variedad amparada por el Consello con sede en Xinzo de Limia.
La campaña, en marcha
Por lo demás, los problemas de desarrollo de la mejor patata gallega provocados por el mildiu ya han quedado atrás. «Había una afectación relativamente importante en las fincas, pero esta ola de calor ha acabado con el mildiu, el estado sanitario y de desarrollo de las plantas es bueno ahora mismo», según Budiño.
La producción bruta estimada de patata de labradores de calidad rondará los 10 millones de kilos, algo más que en la campaña del 2017. Al final de la anterior, las ventas superaron los 6 millones de kilos, frente a los cuatro de la precedente. «Es aún pronto para afirmar con rotundidad cómo va a ser la recogida de este año, pero las perspectivas son muy buenas. La planta se está desarrollando correctamente», aventuró Budiño.
En la actualidad hay cerca de 80 agricultores censados en el Consello Regulador de la patata, la inmensa mayoría de la comarca de A Limia, que acapara el 90% de la producción.
Budiño mencionó también que las altas temperaturas exigían un regado más constante: «En algunos puntos, la patata se sembró más tarde que en años anteriores por los anegamientos en algunas fincas en primavera, pero eso no debería perjudicar al producto. La cosecha se prevé buena en cantidad y calidad».
Está previsto que los trabajos de recolección se inicien dentro de un mes y que concluyan avanzado el mes de octubre. La mayor parte de las partidas de tubérculo de calidad se comercializan en ciudades gallegas y en grandes superficies comerciales de Barcelona, Madrid y el País Vasco.
Fuente: La Voz de Galicia