Ese impuesto, del que se espera una recaudación de unos 550 millones de euros anuales, sería una alternativa a la llamada «ecotasa» que se había concebido para los camiones que utilizaban carreteras libres de peaje, y que fue abandonada a finales de 2013 por las protestas que generó, en particular en Bretaña.
La ministra de Transportes, Elisabeth Borne, entrevistada por «Les Echos», había insistido desde el comienzo de su mandato en que «los flujos de camiones que transitan por nuestro territorio también deben contribuir a la financiación de nuestras infraestructuras».
Para materializar esa voluntad en una ley sobre la movilidad, que debe ser sometida al Parlamento en primavera, el Ejecutivo privilegia la pista del impuesto en lugar del peaje en ciertas vías interurbanas, por ser una solución más simple, según el diario económico.
Por otro lado, Borne adelantó a «Les Echos» que en esa ley se incluirá un dispositivo que facilitará la puesta en marcha de peajes urbanos.
Fuente: Fyh.