FEPEX valora positivamente el rechazo al proyecto de Reglamento de uso sostenible de fitosanitarios
El pleno del Parlamento Europeo rechazó este pasado miércoles el proyecto de Reglamento de uso sostenible de fitosanitarios, que proponía una drástica reducción de su empleo en la UE, lo que pone en evidencia, según FEPEX, que se ha impuesto el realismo y que la producción comunitaria y la seguridad alimentaria empiezan a tenerse en cuenta y ser prioritarias.
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La propuesta de Reglamento de uso sostenible de fitosanitarios, que ha sido rechazada por los europarlamentarios, constituía una gravísima amenaza para la producción en la UE, para FEPEX, porque suponía una fuerte reducción de las herramientas básicas que tienen los productores para hacer frente a plagas y enfermedades de plantas, sin que haya alternativas eficaces, lo que repercutiría también en la seguridad alimentaria, entendida como como que todas las personas tengan acceso a un suministro suficiente de alimentos saludables a precios asequibles.
La propuesta de Reglamento constituía la piedra angular de la Estrategia de la Granja a la Mesa, y todos los estudios de impacto de esta Estrategia realizados por organismos independientes de reconocido prestigio mostraban consecuencias muy negativas sobre la producción, sobre el aumento de los precios y sobre el crecimiento de la importación.
La propuesta de Reglamento de uso sostenible de fitosanitarios fue presentada por la Comisión en junio de 2022 y se ha tramitado siguiendo el procedimiento legislativo ordinario. Tras el debate en el Pleno del Parlamento Europeo del martes 21 de noviembre, ayer, 299 eurodiputados votaron a favor de rechazar la propuesta de la Comisión modificada por los eurodiputados en el pleno, 207 apoyaron la propuesta y 121 se abstuvieron.
La pérdida de la votación sufrida por el texto de la Comisión y sus enmiendas abre ahora diferentes escenarios que hacen inviable, según FEPEX, la aprobación de un nuevo texto en esta legislatura comunitaria. A partir de ahora la Comisión podría retirar su propuesta y presentar una nuevo menos radical. Además, el Consejo todavía tiene que decidir su propia posición sobre la propuesta para determinar si se rechaza definitivamente o la devuelve al Parlamento para una segunda lectura.