El almendro, la higuera o el olivar superintensivo son algunas de las alternativas al cultivo de la fruta de hueso que se plantearon ayer en el I Foro del Medio Rural, que se celebró en el Palacio de Congresos de Villanueva de la Serena con el objetivo de combatir la actual crisis que viven los frutales en Extremadura. En dicho encuentro se puso de manifiesto la delicada situación por la que pasan los productores de fruta de hueso en la región ante la falta de rentabilidad de los cultivos, dados los altos costes y bajos precios. Esto ha motivado el arranque de cerca de 2.000 hectáreas, fundamentalmente destinadas a melocotón, nectarina y ciruela.
Varios son los motivos que han llevado a esta situación, como los que esgrimió el fruticultor Herminio Íñiguez. Responsabilizó a la sobreproducción, «al haber pasado de plantar 3.500 hectáreas de frutales de hueso en 2002 a las 17.000 hectáreas en 2018». Se trata de un aumento de superficie «descontrolado» que, unido a la mayor producción a nivel nacional, especialmente en Cataluña, «hacen que la oferta sea exagerada y el comercio aproveche para tirar los precios y comprar a la baja», apuntó.
En este caso, Íñiguez pidió prudencia a los productores a la hora de decidir los cultivos alternativos, ya que «no es bueno seguir la moda de plantar almendro y olivar, ya que puede ser un espejismo y podemos cargarnos otro sector más», por lo que recomendó cultivar de forma ordenada, a través de las interprofesionales.
Por su parte, en el foro también participaron los investigadores del Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (Cicytex), Margarita López y Manuel Puebla, quienes llevan años realizando investigaciones en laboratorio y plantaciones experimentales de almendro y de la higuera para diversificar el sector. López valoró que el cultivo del higo tiene una demanda creciente en los mercados nacionales e internacionales, tanto en fresco como en seco, con costes de inversión en planta no muy elevados y que se amortizan a partir del segundo año.
Por otro lado, un cultivo leñoso como el del almendro es una de las alternativas que planteó Manuel Puebla, tras haber sufrido una gran expansión en los últimos ocho años, con la implantación de más de 9.000 hectáreas en riego con producciones en intensivo, superintensivo y ecológico. La creciente subida del precio de la almendra como consecuencia de la gran demanda de consumo en todo el mundo es una de las razones esgrimidas por el investigador para implantar el cultivo, el cual se está exportando a Centroeuropa. Algo que consideró que se puede prolongar en el tiempo dadas las condiciones agroclimáticas de Extremadura y la mejora genética vegetal que se están llevando a cabo.
Otras posturas planteadas en este foro son las que consideran que dejar de lado la fruta de hueso no es una solución al problema. Es el caso de la Asociación de Fruticultores de Extremadura (Afruex), cuyo gerente, Miguel Ángel Gómez-Cardoso, considera que seguir apostando por la fruta de hueso sigue siendo necesario y «bien planteado, apostando por ello empresas, agricultores y asociaciones conjuntamente» puede ser la solución.
Gómez-Cardoso consideró que hay que potenciar productos especiales como es la cereza y la ciruela, «que son muy nuestros y somos líderes en producción nacional, y pensando que son grandes generadores de mano de obra». Para salvar la situación crítica por la que pasan los productores de frutales en la región «no puede haber desunión en el sector como hasta ahora, sino que debemos ir juntos en calidades, en mercados y en todo», señaló.
Fuente: Hoy Extremadura