Estudian el genoma del aguacate para obtener nuevas variedades
Científicos del centro de investigación malagueño La Mayora ponen a disposición de la comunidad científica más de 7.000 marcadores.
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El Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea (IHSM) La Mayora, que integra la Universidad de Málaga (UNA) y la finca experimental La Mayoría de Algarrobo, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), no deja de dar alegrías a la investigación malagueña, reforzando aún más, si cabe, su ya gran prestigio internacional. El último logro alcanzado por el IHSM puede conllevar un notable avance en la obtención de nuevas variedades de aguacate, un fruto cuyo interés no deja de crecer a nivel mundial, con una producción global que ya supera los seis millones de toneladas, acortando casi a la mitad el periodo necesario para ello. La nueva aportación de La Mayora a la comunidad científica tiene que ver con un mayor conocimiento de la secuenciación del genoma del aguacate Hass, el más comercializado en el mundo y también el que más se produce en Málaga. El aguacate es el cultivo tropical más extendido en Andalucía, con una superficie próxima a 9.800 hectáreas, siendo Málaga la mayor productora con el 70% de la superficie cultivada.
El trabajo llevado a cabo por el grupo de investigación del IHSM La Mayora, formado por Alicia Televera, Aboozar Soorni, Aureliano Bombarely, Antonio Matas e Iñaki Hormaza, que ha sido publicado en la revista científica internacional Scientific Reports, se centra en el aguacate, un cultivo en el que, a pesar de su éxito comercial basado en una única variedad, Hass, demanda la necesidad de desarrollar herramientas moleculares para avanzar en el desarrollo de nuevas variedades, más adaptadas a los nuevos retos que plantea este cultivo y el cambio climático.
A pesar de la creciente importancia de este cultivo, hay cuellos de botella importantes para la mejora y el desarrollo eficientes de nuevos cultivares de aguacate, debido a la ausencia o escasa disponibilidad de recursos moleculares y datos fenotípicos y al conjunto genético limitado en los programas de mejoramiento en todo el mundo.
«Lo que hemos hecho en este trabajo es secuenciar el genoma de la variedad Hass y analizar el ADN de 71 variedades de los tres tipos botánicos de aguacate (mexicano, guatemalteco y antillano), de las cuales tenemos datos de comportamiento en campo, para poder ver diferencias con Hass y desarrollar herramientas para hacer una selección precoz en base al ADN. De momento, hemos generado más de 7.000 marcadores de ADN diferentes, que nos ha permitido estudiar con detalle la diversidad genética de las variedades analizadas», ha explicado Hormaza.
Aportación
Según el investigador, que dirige el departamento de Fruticultura Subtropical de La Mayora, los marcadores moleculares generados se han utilizado para conocer la diversidad genética y la estructura poblacional de esas accesiones, permitiendo predecir el tipo botánico de variedades desconocidas y poniendo a disposición de la comunidad científica más de 7.000 marcadores moleculares de alta calidad.
Dicho de otra manera, esta aportación científica sobre el aguacate de La Mayora puede conllevar en un futuro que se acelere la obtención de nuevas variedades de esta fruta que puedan ser interés comercial y por consiguiente favorezcan la diversificación. «Ahora tenemos los marcadores, pero nos falta asociarlos a los caracteres de interés. Una vez que se tengan, el proceso se acortaría mínimo en un 50%, teniendo en cuenta además el ahorro en superficie, porque únicamente se evaluarían en campo las plantas con los caracteres de interés», explica Hormaza.
Actualmente, para desarrollar nuevas variedades hay que realizar cruzamientos en el campo. Recolectar las frutas de dichos cruzamientos. Germinar las semillas. Evaluar la calidad, la producción y la tolerancia a plagas y enfermedades de los descendientes. Y volver a hacer cruzamientos entre los mejores.
«El problema es que desde que se producen las semillas hasta que las nuevas plantas producen flores y frutos pueden pasar más de cinco años. Los frutales tienen un periodo juvenil variable durante el cual no producen flores. Por tanto los programas de cruzamientos y selección son a muy largo plazo. Por ejemplo, la variedad de chirimoyo Alborán, que hemos desarrollado en el IHSM La Mayora, procede de cruzamientos realizados en campo en los año 1990, es decir que han pasado más de 20 años desde entonces», ha explicado Hormaza.
El año 2019 ha sido un tanto atípico para el negocio del aguacate a nivel mundial, con precios bastante elevados durante los meses de verano, que ha beneficiado sobre todo a la fruta de importación y un mes diciembre bastante más parado de lo normal, algo que ha afectado de lleno a la producción nacional y por tanto malagueña. Sin embargo, el sector está observando que el mercado del aguacate español «ahora se está comenzando a reactivar». Así lo ha asegurado el gerente de Natural Tropic, Prudencio López, empresa que ha cerrado 2019 con una facturación récord de 40 millones de euros y 17 millones de kilos de fruta. Para López, la campaña española será este año más corta, en parte porque muchos productores de la variedad Hass adelantaron su cosecha a octubre, para aprovechar los altos precios, cuando lo normal es que empiece en diciembre.
Para Óscar Martínez, uno de los directores de la también malagueña Compañía Aguacatera del Sur, especializada en la importación de esta fruta, la gran ventana del aguacate malagueño será entre los meses de marzo y abril, porque es cuando termina la producción de Chile y la de Colombia empieza a bajar, ya que ha adelantado bastante su producción.
En cuanto a precios, actualmente los calibres grandes en Málaga se están comprando entre 2,5 y 2,6 euros el kilo al agricultor; entre 1,8 y 2 euros, los medianos, y entre 1 y 1,3, los pequeños. El sector espera que las cotizaciones se mantengan estables y que para nada lleguen a los niveles del verano pasado, dado que Perú, que es el gran proveedor de Europa, comenzará a enviar fruta a partir de febrero.
Para este experto, uno de los riegos del aguacate en Málaga es que el cultivo se basa prácticamente en una sola variedad, Hass. Lo mismo sucede en la mayor parte de las zonas productoras del mundo. El 90% de la producción mundial de aguacate es de la variedad Hass, que surgió por azar en California hace ya casi 100 años. «Este es un caso único en frutales, ya que generalmente en el resto de especies hay nuevas variedades de forma casi continua», según Hormaza, para quien uno de los problemas para desarrollar nuevas variedades es el largo periodo de generación de los árboles, comparado con especies anuales.
Depender de una sola variedad, mantiene este científico, representa un gran riesgo para el sector, toda vez que la aparición de una posible plaga o enfermedad, causaría daños irreparables. Y ello cuando es posible producir aguacate de calidad durante todo el año introduciendo nuevas variedades. Actualmente, la cosecha nacional de Hass comienza en octubre y finaliza en mayo, como muy tarde.
La Mayora posee una colección de aguacates integrada por más de 90 accesiones de diferentes lugares del mundo y más de otras 30 consideradas locales españolas -algunas de Málaga-, las cuales están adaptadas a las condiciones climáticas de nuestro país. Con esta colección, el IHSM quiere garantizar la biodiversidad de la especie y la disponibilidad de material genético diverso para futuras generaciones. Además está llevando a cabo ensayos con diferentes portainjertos de diferentes orígenes, en concreto 13, siendo los más conocidos Duke7, Dusa y Toro Canyon, todos ellos injertados con la variedad Hass, para evaluar también sus comportamiento y adaptación en España. Paralelamente, ha realizado numerosos cruzamientos que pueden resultar de gran interés para el sector productor español. Y todo para ampliar la campaña nacional de esta fruta y ofrecer productos de calidad que puedan potenciar al sector.
Fuente: Diariosur