Crecimiento imparable
En 2020, nuestra producción creció un 9,6%, debido, por una parte, a la incorporación de socios y agricultores al proyecto en las islas de La Palma y Tenerife; y por otra, al asesoramiento en campo de nuestro Departamento Técnico, que contribuye a que los socios de nuestra organización mantengan niveles de producción estables en sus fincas con un progresivo incremento de los porcentajes de calidad de su fruta. Pero no solo debemos valorar el crecimiento, sino el contexto: este incremento es casi 5 puntos superior a la media del sector platanero en general, por lo que estamos muy orgullosos de nuestro trabajo y el desarrollo de nuestra estrategia comercial alineada con la producción.
Además, a mitad de este año, estamos sobrepasando el 17% de la producción total del sector platanero, rozando la segunda posición con respecto a las demás organizaciones de productores de plátano de Canarias. El crecimiento de la producción en este primer semestre es aún más relevante si lo comparamos con la media del sector, que ha sufrido un retroceso del 3%, habiendo caído en total más de 5.000 toneladas. Estos números tienen un mayor mérito si tenemos en cuenta los picos de demanda que tuvieron lugar en 2020 a consecuencia de la situación sanitaria y el aumento de las necesidades de abastecimiento de las cadenas de supermercados en ese momento tan confuso y delicado en muchos aspectos.
«LA BASE PARA PODER DESARROLLAR UNA AGRICULTURA SOSTENIBLE ES CREAR RELACIONES DE CONFIANZA, DURADERAS Y TRANSPARENTES CON NUESTROS CLIENTES»
Control total de la maduración
La base para poder desarrollar una agricultura sostenible justa con el agricultor es crear relaciones de confianza, duraderas y transparentes con nuestros clientes. Se trata de relaciones muy estrechas, puesto que los clientes conocen de primera mano cómo es el cultivo, la producción y las personas que conforman el equipo; entienden el trabajo que requiere cultivar calidad y, sobre todo, el reto de mantenerla durante todo el año, así como la homogeneidad en el producto que ofrecemos.
En esta línea, controlamos todas las fases de la cadena de producción: desde la finca hasta el consumidor, lo que supone una garantía para ambas partes: para nuestros clientes, en el sentido de que el producto está controlado por la misma empresa desde la finca hasta el lineal en cuanto a calidad y trazabilidad; y, para el agricultor, ya que se le ofrece el mejor precio posible, eliminando duplicidad de costes e intermediarios.
Un futuro cargado de retos
Ahora mismo estamos centrados en llegar al 100% de la capacidad de nuestra primera planta de maduración y en seguir sumando agricultores comprometidos con el proyecto en las islas; pero ya se están estudiando posibles localizaciones en línea con la estrategia a medio plazo para continuar creciendo en la Península.
«CONTROLAMOS AL 100% NUESTRO PROCESO DE MADURACIÓN»
En general, la principal preocupación del sector en estos momentos es la Ley de la Cadena Alimentaria, que, aunque resulta beneficiosa para muchos sectores agrícolas y se entiende la importancia de estas medidas para reforzar la posición de vulnerabilidad de los productores en la cadena de suministro, en el caso del plátano, resta competitividad al producto local, debido a sus circunstancias, peculiaridades y funcionamiento del mercado. Es evidente que queremos garantizar un precio mínimo a nuestros agricultores, pero con la imposición de esta ley no se consigue: puede haber semanas donde no haya clientes que compren la fruta a ese precio, regalándole el mercado a la banana y, por el consiguiente, tirando el trabajo del agricultor platanero. Se debe exigir reciprocidad en el cumplimiento social de la producción de banana en terceros países, el uso de productos fitosanitarios, las condiciones laborales o el cuidado medioambiental para evitar la competencia desleal.