«Es posible incrementar el consumo de uva de mesa»
La uva de mesa aún tiene mucho recorrido en Europa, aunque a nivel productivo afronta importantes dificultades como la falta de herramientas para garantizar la sanidad del cultivo y los elevados costes de producción, entre otros. Analizamos la situación actual del sector.
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España destina 15.246 ha de superficie de cultivo a la uva de mesa, representando el cuarto grupo de fruta en importancia tras los cítricos, la fruta dulce y los tropicales. Alcanza una cifra de producción de 334.000 Tn, con una temporada que se extiende desde el mes de junio hasta diciembre. Según datos de Aduanas, procesados por FEPEX, la exportación española de uva de mesa en 2023 ascendió a 132.664 toneladas (40%) por un valor de 329 millones de euros. Si lo comparamos con los resultados obtenidos por la uva de mesa italiana, la productividad española es mucho menor, ya que Italia produce 884.095 Tn en 18.700 ha. Es decir, sólo con un 20% menos de hectáreas logra un 38% más de producción que España.
La subida de los costes de producción, especialmente de la mano de obra, unido a la falta de agua de calidad para el riego obliga a los productores a apostar por la renovación varietal para trabajar en obtener un mayor rendimiento y valor al cultivo, más que al crecimiento en superficie. El papel innovador reside principalmente en la Región de Murcia, la principal zona exportadora productora con 7.337 ha según datos del MAPA de 2023 y la líder de uva sin semilla en Europa (el 90% de sus 200.000 Tn comercializadas es apirena). De hecho, dispone de su propio programa de mejora, ITUM (Investigación y Tecnología de Uva de Mesa), desarrollado por el Gobierno regional y los productores murcianos.
Según Joaquín Gómez, gerente de Apoexpa, durante los últimos 10 años Murcia ha sido precursora de la uva sin pepita, ofreciendo textura y sabor, y de las variedades extratempranas. Ahora, el enfoque principal es la resistencia. Ante la eliminación por parte de Europa de gran número de materias activas, “el I+D se centra en obtener parras más fuertes ante plagas y enfermedades, y también se está apostando por nuevos sabores”.
Y es que la supresión de productos fitosanitarios está condicionando la productividad por hectárea de las parras de uva de mesa de manera drástica.
ESPERANZA PUESTA EN EL CONSUMO
El sector pone su foco en el aumento del consumo y centra su mirada en países como Estados Unidos, donde la uva es ya la tercera fruta más consumida. “Si ha logrado conquistar el mercado norteamericano, también puede hacerlo Europa”, confía el gerente de Apoexpa. En Francia, por ejemplo, el consumo de uvas sin semillas todavía es muy bajo para el potencial que tiene el país vecino y las cifras demuestran que una vez prueban las uvas sin semillas, poco a poco, se van sustituyendo las variedades tradicionales. Además, esta fruta no tiene un consumo estacional, sino que está presente en los lineales europeos todo el año, aunque tenga un repunte en verano en los países mediterráneos, como la mayoría de las frutas.
EGIPTO
Este es el país que más competencia hace a España y más dolor de cabeza produce durante la primera parte de la campaña. Durante todo el mes de junio es un actor muy importante y, al tener las mismas variedades o muy parecidas a las españolas, las ofrece un mes antes, inundando el mercado europeo. “Esto hace que junio, antaño un periodo espectacular en ventas para nosotros, ahora se haya convertido en un mes con muchos quebraderos de cabeza”, explica Gómez. Sin embargo, este año ha terminado antes y no con la calidad deseada, por lo que se ha recibido el producto español con entusiasmo.