El Comité de Gestión de Cítricos (CGC), la patronal nacional que aglutina a los principales operadores privados de naranjas, mandarinas y limones, reclama al Ministerio de Interior que dé instrucciones a las delegaciones de gobierno para garantizar la libre circulación de frutas y hortalizas. La petición se produce cuando ya se acumulan cuatro días de la huelga convocada por la Plataforma en Defensa del Transporte por Carretera, cuya conflictividad por la acción de sus piquetes informativos ha adquirido ya tintes muy graves. Efectivamente, el CGC ha constatado multitud de incidentes que, en el mejor de los casos, han provocado serios retrasos en la llegada de los camiones a las zonas de recolección para cargar o a los almacenes para descargar, cuando no se han producido coacciones más o menos violentas de tales piquetes en algunos puntos críticos, como accesos a autopistas, polígonos o conocidas rotondas. Las movilizaciones, de hecho, han restringido drásticamente en los dos últimos días la llegada de fruta procedente de Andalucía y Murcia a los centros de confección fundamentalmente ubicados en la Comunidad Valenciana, desde donde se manipula y comercializa el 70% de la producción nacional. Además, están reduciendo a la mínima expresión el suministro a los principales mercados mayoristas del país, como Mercamadrid, Mercabarna y, en menor medida, Mercavalencia.
El CGC alerta que, de no respetarse el derecho al trabajo de los transportistas que han decidido no secundar el paro, en unos días los consumidores podrán sufrir rupturas en el suministro de cítricos a fruterías de barrio e incluso en los puntos de venta de la gran distribución. Debido a la estructura de la oferta empresarial de este sector, el paro está afectando fundamentalmente al mercado doméstico y no tanto al trans-porte internacional, que está en manos de compañías, no del colectivo de autónomos que es el que está secundando la protesta. Sin embargo, si persiste esta situación y no se actúa contra los piquetes o se aprueban medidas para acabar con las movilizaciones, los retrasos acumulados en la atención a los pedidos acabarán por afectar también de lleno a la exportación a la Unión Europea (UE).
En estos momentos el sector citrícola atraviesa por el ecuador de la segunda parte de la temporada, cuando se recolectan las naranjas tardías de la familia Navel –cuya principal zona productora es Andalucía- y las mandarinas híbridas, muchas de las cuales también se cultivan en tal región o en Murcia. “Aún siendo sensibles y comprendiendo las reivindicaciones de este colectivo, hablamos de productos perecederos y de primera necesidad y de un sector, el citrícola, que también da empleo a cientos de miles de personas en todo el litoral mediterráneo español, por lo que el Estado y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado deben actuar para garantizar la libre circulación y el abastecimiento a los consumidores”, advierte la presidenta del CGC, Inmaculada Sanfeliu. Por las fechas en las que nos encontramos, por cada día en el que se cuestiona el transporte, se pone en riesgo un volumen de 24.000 toneladas de producción a recolectar por valor de 18,5 millones de euros.
El CGC recuerda que el camión es, de hecho, su principal medio de transporte y un factor decisivo en la competitividad de la citricultura española que, frente a la oferta más barata de países terceros con costes laborales y sociales muy inferiores, es capaz de diferenciarse por servicio puerta a puerta para aprovechar así la llamada ‘renta de proximidad geográfica’.