Amenaza del trips
Para la campaña 24/25 crecen las previsiones de superficie en Almería en un 1% hasta las 1.2675 ha, pero es una realidad que el sector del pimiento está sufriendo la incidencia de una nueva plaga super preocupante desde hace un par de años, el Thrips Parvispinus, entre otras especies también nuevas en la provincia. Esta plaga es tan dañina que, al no haber aún en el mercado fauna auxiliar o producto fitosanitario que pueda combatirla, “cada vez serán menos las hectáreas que se cultiven hasta que aparezca una solución eficaz”, señala Víctor Pérez, del área de Aprovisionamiento y Comercial de La Unión.
Pérez indica, cuando lo entrevistamos, que efectivamente se encuentran sin las suficientes herramientas para hacerle frente a esta plaga. De momento, entre las acciones que llevan a cabo para combatirla, ofrecen asesoramiento técnico a sus agricultores. Por parte de las casas de semillas, aún no se están desarrollando soluciones determinantes, ya que se requiere de muchos años para sacar material genético que demuestre un buen comportamiento frente a esta plaga. Desde las casas de control biológico se están transmitiendo una serie de indicaciones a tener en cuenta como puede ser utilizar plástico acolchado de suelo para evitar que los estadios ninfales del ciclo de esta plaga se refugien, hacer un deshojado de las hojas más cercanas al fruto para evitar refugios o reforzar sueltas de Ambliseius mundorensis en los meses más fríos donde a Swirskii le cuesta más actuar.
Un cultivo con futuro
Pese a toda esta situación, en La Unión siguen confiando en el pimiento como un cultivo rentable y con futuro. Para ello, consideran que sería conveniente llevar a cabo ciertas inversiones. Entre ellas, apostar por maquinaria más avanzada de manipulado para reducir costes: “Un ejemplo claro de este factor lo tenemos en el pepino holandés, más eficiente al disponer de brazos robóticos que ayudan a reducir costes de personal”, señala Pérez. También hay que imitar de este cultivo la continuidad anual de producción.
En el ámbito de la comercialización, indican que sería necesario potenciar aquellos nichos de mercado que les permitan vender hasta el último calibre no tan comercial, de forma que consigan una reducción significativa de mermas. Por ejemplo, a final de la campaña los últimos frutos son demasiado grandes para venderse en flow-pack, el formato más demandado, pero sí que se pueden comercializar en otros mercados como Inglaterra donde demandan ese tipo de calibres a granel. También una estrategia sería dar prioridad a clientes tipo A, es decir, aquellos clientes que cargan mucho volumen y reclaman poco, sin descuidar el margen.
De momento, La Unión se centra en el desarrollo de productos eficientes a nivel comercial y productivos en campo, apostando por la diferenciación y respondiendo a las tendencias de mercado como el crecimiento del pimiento tipo cónico, pero con una política de tener “los pies en el suelo”.