A principios de la semana que viene se entrará en el cereal y será el momento de comprobar los efectos del pedrisco, aunque la peor parte se la han llevado las producciones hortícolas, emblemáticas de la comarca.
Muchas lechugas han quedado destrozadas, sin que puedan ir al mercado. En Chatún, el agricultor Eliseo García lamenta que en su explotación la peor parte se la ha llevado la remolacha de mesa.
Está por ver cómo afectará esto a la producción de un cultivo cuyo arranque estaba previsto en torno al 15 de septiembre. Por el momento se han aplicado productos eficaces para favorecer el rebrote de la planta y aún es imposible saber cuántas lo lograrán. O cuántas verán retrasada su fecha de arranque.
“Tengo 60 años y llevo trabajando desde los 13, y nunca había visto algo así”, subraya Eliseo, que pese a todo es partidario de seguir trabajando y no dar más vueltas a la mala suerte que ha tenido. “Es una de las razones por las que siempre defiendo no poner todos los huevos en la misma cesta, la necesidad de diversificar”, apunta.
El nublado también visitó el anterior lunes localidades de Valladolid como Pedrajas, Íscar, Portillo o Mojados. También con agua y granizo. Con la mala suerte de que el miércoles volvió a presentarse con una segunda tromba de agua y algo menos de piedra, pero con perjuicios igual de serios.
Algún socio de Horcaol midió el miércoles 26 litros por metro cuadrado. Roberto de Castilla, gerente de la cooperativa, destaca el daño producido a la zanahoria. Las plantas más pequeñas tienen riesgo de pudrición y muchas otras han perdido las hojas, por lo que serán muy difíciles de arrancar.